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Laberintos humanos. Mala suerte | Laberintos Humanos

Martes, 12 de mayo de 2015 00:00
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Laberintos humanos. Mala suerte

El viejito le dijo a Carla Cruz que no le preocupaba la vejez, como ella dijo que no le preocupaba, porque era joven y a los jóvenes no es un tema que les importe, pero que para él era un tema serio y si pensaba en besar a alguien, pensaba en los labios de alguien joven como ella, porque besar a una vieja trae mala suerte.

¿Y qué mala suerte puede traer besar a la vejez?, le preguntó. La mala suerte que puede traernos es envejecer, le dijo el viejito sin caer en la cuenta de que ya era viejo, cosa que le hizo notar la joven. Entonces el viejito se miró a sí mismo de arriba abajo y le preguntó si realmente le parecía un viejo.

¿Y qué quiere que me parezca?, le preguntó la moza. Qué se yo, le dijo el viejito: un sapo, un jugador de fútbol o un wincofón, cualquier cosa menos un viejo. Pero no me parece un sapo ni un jugador de fútbol ni se lo que sea un wincofón, le dijo Carla Cruz. Será porque me hechizó una bruja, dijo el viejito.

¿Usted cree?, le preguntó. ¿Y por qué habría de hechizarlo?, dijo ella y él le dijo que acaso fuera por envidia, porque cuando uno, muchas veces por error, enamora a una mujer no siempre sabe si es o no es la enemiga mortal de la envidia de una bruja que puede transformarnos en sapo, en jugador de fútbol, en wincofón o en viejo.

En todo caso, le dijo Carla Cruz, a usted lo transformó en un viejo, y sólo vos podés salvarme del hechizo, le dijo y ella retrocedió pensando en que debía consultarlo con el Abuelo Virtual, abrió la tapa de su teléfono celular y se lo preguntó.

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