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Pechete, un adolescente que asombra con su ejemplo

Lunes, 18 de mayo de 2015 00:00
Jesús Quiroga (IZQ.) hoy vive en Buenos Aires, estudia y a la par cumple su sueño de jugar al tenis.
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Jesús Matías Quiroga, más conocido como Pechete, nació en 1999 en la ciudad de Orán, en el seno de una humilde familia compuesta por 7 hermanos y su madre sordomuda.
Hoy es un excelente jugador de tenis y, a pesar de sus 16 años, su historia es única, marcada por la solidaridad y la superación personal.
Todo comenzó cuando tenía 3 años. Vivía en una casa muy humilde, al lado de la cancha de tenis del Club Argentino (Sarmiente e Yrigoyen). Ya desde entonces veía tras la tapia cómo cientos de niños y jóvenes jugaban al tenis, de la mano del entrenador Juan Carlos Castagnaro.
Cuando las pelotas salían de la cancha y terminaban en su patio, las juntaba y corría a devolverlas. La gente le daba monedas y, a media lengua, decía: "Moneda, no pechete, (por billete)". Así nació su apodo.
"En mi centro había muchos chicos que jugaban muy bien. Él tenía 3 años y se trepaba al paredón que separaba su casa de la cancha para ver los partidos. Hasta conversaba conmigo de tenis ahí subido", recuerda emocionado Juan Carlos Castagnaro.
"Un día le dije que venga, que yo lo iba a hacer jugar. Se vino volando. La condición que le impuse era que no dejara de estudiar", dijo el entrenador.
Pechete era un chico diferente, siempre ayudando a los demás, y supo ganarse el cariño de todos. Los chicos del club le prestaban las raquetas, le regalaban zapatillas y remeras para que pudiera jugar.
"La raqueta era más grande que él, verlo en la cancha era increíble", recuerda la tenista Tania Abraham.
A los 6 años, Pechete conoció al abogado Ramón Valor. "Amo el tenis y enseguida me encariñé con él. Fue mutuo. Su personalidad es magnética", contó el letrado, emocionado. Desde entonces, el pequeño iba todos los días a desayunar al estudio del abogado y pasaba casi toda la mañana allí. "Lo llevaba a Tribunales. Como preguntaba de todo, conquistaba a todas las secretarias, que le regalaban ropa y golosinas. Se hacía querer casi de manera inmediata", agrega.
Valor se ocupaba de ayudarlo en todo lo que necesitaba y Pechete pudo terminar la primaria en la escuela Pizarro. Con la ayuda de Silvina Núñez, una vecina, consiguió ingresar al colegio San Antonio para iniciar el secundario.
Un inesperado viaje
En 2006 Castagnaro se instaló en Buenos Aires para seguir como entrenador. Vino una nueva comisión al Club Argentino y desarmó todo. Muchos chicos se quedaron sin estructura, pero a pesar de los cambios Pechete nunca se fue del club.
Los profes que estuvieron después lo siguieron ayudando y formando, incluso viajó varias veces a jugar a Bolivia.
Rumbo a Buenos Aires
Pero la historia cambió en diciembre del 2014, cuando Pechete le expresó a Castagnaro su deseo de especializarse en Buenos Aires. "Hablamos bien y me lo traje a mi casa unos meses", contó el entrenador.
El rendimiento de Pechete fue tan óptimo que a principios de 2015 y ya con 14 años, le ofreció quedarse, lo que se logró gracias a la ayuda del Dr. Valor, un grupo de amigos y el mismo entrenador.
De este modo, Pechete se instaló en la capital para capacitarse profesionalmente, lograr un alto rendimiento y entrar al ranking de la Asociación del Tenis Profesional.
Su primer torneo en Buenos Aires fue en San Fernando, un torneo de grado 3, y desde allí sigue jugando en ese grado, con una excelente performance. Su último logro fue haber ganado la Copa Wilson.
Hoy Pechete continúa sus estudios secundarios en el Seadea (programa del Ejército Argentino). De esta manera puede entrenar 8 horas diarias y continuar con sus estudios normalmente.
Solidaridad al por mayor
En Buenos Aires los integrantes del club Tortuguitas Point también se sumaron a esta movida solidaria. Jesús cuenta con un equipo que está muy especializado para su desarrollo, tanto personal como deportivamente.
En el aspecto físico tiene 3 preparadores: Alberto Osete, Paula Romero e Iván Cardozo; en el aspecto psicológico es contenido por el Lic. Claudio Sosa y en tenis por los entrenadores Juan Carlos Castagnaro y Facundo Oviedo. Completa el equipo Agustín Madala, campeón del mundo de Bridge.
Hoy Jesús es el orgullo de todos. "Le pone mucho esfuerzo a todo lo que tiene que hacer diariamente. Ser parte de esto es muy especial y lo voy ayudar hasta con lo que no tengo", finalizó Castagnaro.

Sin olvidar sus raíces
"Mi sueño es ser parte del circuito profesional. No es fácil estar tan lejos de mi familia, pero tengo que volver con las manos llenas para poder ayudarlos a todos. Mi mamá nos crió en la pobreza total, pero aun así tengo un hermano gendarme, otro peón en el ingenio El Tabacal y el resto está en el colegio secundario", dijo el deportista.
"Hay mucha gente que me ayuda y cree en mí. Lo que hacen por mí no tiene precio. El tren pasa una sola vez y yo no me pienso bajar", señaló este joven ejemplar que no se olvida de sus raíces allá, bien al norte.
Numerosos sacrificios
A pesar de que mucha gente lo ayuda, la estadía de Jesús en Buenos Aires, incluidos entrenamiento y comida, demanda $10 mil al mes. La Intendencia de Orán se comprometió a otorgarle un subsidio de $2.000 por mes, pero hasta ahora no se concretó.
Pechete no está en condiciones aún de que una marca pueda sponsorearlo con la indumentaria, pero están en busca de que alguna casa le ayude a abaratar los costos. Por último, Jesús no puede hablar con su familia porque no cuenta con un celular.



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