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Aunque cada vez se habla y muestra más sobre el buen comer, no a muchos los atrapa la cocina...
Por supuesto que no siempre se estudia para chef o se incentiva el oficio. Pero todos debemos saber cocinar. Es casi una obligación y no por aquella cuestión romántica de "hacer con amor" la comida de los hijos, la pareja o la familia, sino por uno mismo. Saber preparar alimentos nos independiza, no tenemos que esperar que cada día de nuestra vida otro nos dé la comida, algo que obligatoriamente vamos a necesitar hasta que morimos.
¿Plantea la cocina como un arte a través del cual se encuentra un particular placer?
Exactamente, porque es maravilloso conocer el placer de cocinar por uno mismo. Creo en el perfil independiente de la preparación del alimento y no solo se trata de desarrollarlo sino también de hacerlo muy bien, igual que cualquier otro trabajo.
Hay una pregunta que parece atormentar cada día al ama de casa y es "¿qué cocino hoy?"
Esto ocurre porque tomamos a la comida como un principio y un fin cada día, cuando hay que tomarla estacionalmente y semanalmente. De acuerdo a la época del año organizás tu cabeza y podés elegir las verduras y frutas, lo que te abrirá el camino para combinar con cereales, carnes y más. Al mismo tiempo, cada verdura tiene una forma y duración diferente y eso es lo que debemos aprender. No hay que comer una comida con nombre cada día, sino crear a partir de la estacionalidad y el sentido común.
O sea que es imprescindible informarse y aprender a comprar...
El consumidor no tiene que centralizar las compras en un supermercado. Eso le quita calidad a los productos. Insisto en que no hay que tomar el camino fácil cargando todo en un carro, sino buscar lo fresco de otra forma. No tenemos que perder el eje que no hay nada más importante que lo que comemos; el futuro y la salud dependen de lo que ingerimos: la libido, el humor, la piel, la energía...
¿Cómo se enganchó en este festival en Cachi?
La idea fue hace un año atrás de Delfina Magrane. Se le ocurrió hacer un evento fuera de cualquier lugar cerrado y la apoyé cuando eligió un pueblo que ella ama. Todos los que vamos nos preparamos para compartir, dar algunas charlas, pero fundamentalmente para aprender. Fincas, restaurantes, bodegas, la plaza, todas las puertas de Cachi estarán abiertas para todos. La idea es que la gente recorra y conozca los procesos elaborativos y, de paso otros emprendimientos de la zona. En mi charla sobre economías regionales pretendo avanzar en la importancia de trabajar juntos productores y cocineros. Por eso invito a la gente que vaya, la va a pasar tan bien como nosotros, vamos a disfrutar juntos y encontrarnos.