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Las constantes protestas en las puertas de los Tribunales oranenses reabrieron la discusión y reavivaron el pedido de la gente para tener una Ciudad Judicial que concentre la actividad en un lugar alejado del microcentro de la ciudad.
Las oficinas de la Justicia hoy funcionan en dos edificios en la calle Eges al 400, en pleno centro comercial oranense, donde las manifestaciones provocan el corte de la calle prácticamente todos los días.
Esta situación que parece haberse naturalizado en Orán, provocó que un conocido comerciante de esa cuadra, José Araneta, hiciera la semana pasada su propia protesta contra las protestas. Araneta, con una bandera argentina, se sentó en la calle Pellegrini y Eges, en la esquina del Banco de la Nación, con el objetivo de demostrar la molestia que este tipo de manifestaciones provocan en el funcionamiento normal de una ciudad.
Los comerciantes unidos
Aunque durante su reclamo Araneta fue rodeado por policías que intentaron sacarlo mientras la gente lo apoyaba, el pasado jueves encabezó una segunda movida junto a otros comerciantes y vecinos, también en las puertas del banco.
"Queremos trabajar y hacerlo en paz. Los clientes no pueden entrar a los locales a comprar porque quedan atrapados en medio de la protestas, de la contaminación auditiva y del desorden", explicaron.
Con esta suerte de contraprotesta pidieron por el derecho a trabajar y circular libremente. No obstante también aclararon que no están en contra de quienes reclaman rapidez en las sentencias: "Lo que solicitamos son soluciones para que todos tengamos mayor calidad de vida", señalaron.
Las oficinas de la Justicia hoy funcionan en dos edificios en la calle Eges al 400, en pleno centro comercial oranense, donde las manifestaciones provocan el corte de la calle prácticamente todos los días.
Esta situación que parece haberse naturalizado en Orán, provocó que un conocido comerciante de esa cuadra, José Araneta, hiciera la semana pasada su propia protesta contra las protestas. Araneta, con una bandera argentina, se sentó en la calle Pellegrini y Eges, en la esquina del Banco de la Nación, con el objetivo de demostrar la molestia que este tipo de manifestaciones provocan en el funcionamiento normal de una ciudad.
Los comerciantes unidos
Aunque durante su reclamo Araneta fue rodeado por policías que intentaron sacarlo mientras la gente lo apoyaba, el pasado jueves encabezó una segunda movida junto a otros comerciantes y vecinos, también en las puertas del banco.
"Queremos trabajar y hacerlo en paz. Los clientes no pueden entrar a los locales a comprar porque quedan atrapados en medio de la protestas, de la contaminación auditiva y del desorden", explicaron.
Con esta suerte de contraprotesta pidieron por el derecho a trabajar y circular libremente. No obstante también aclararon que no están en contra de quienes reclaman rapidez en las sentencias: "Lo que solicitamos son soluciones para que todos tengamos mayor calidad de vida", señalaron.
Todos los vecinos son víctimas
Semanalmente se reclama celeridad en las causas. Con bombos, cornetas y envases plásticos cargados con piedras, la gente se hace sentir frente a los juzgados. "Todo ocurre frente a la indiferencia de las autoridades y la impotencia de los comerciantes. Esto es una lucha entre vecinos porque todos somos víctimas, unos de la lentitud judicial y otros porque se vulneran derechos cuando se impide el libre tránsito y la actividad laboral", coincidieron.
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