La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso motor. La campaña mundial que se viralizó el año pasado en las redes sociales, con el "baldazo de agua fría", se refería a esta enfermedad que es poco frecuente. Ayer, en la plaza 9 de Julio estuvo presente el stand de la Asociación Argentina de ELA, filial Salta, para difundir y concientizar a la comunidad sobre la enfermedad. Este grupo ya rastreó a 8 personas con ELA en la provincia y espera contactarse con más. El común denominador de los pacientes es el acceso a tratamientos multidisciplinarios que no son una cura, pero sí mejoran la calidad de vida de las personas.
Andrea Jurado es la referente de la filial Salteña de ELA, y explicó: "Hay mucho desconocimiento sobre lo que es ELA. La idea de venir a la plaza es que las personas sepan de la enfermedad y que estén atentas a ciertos síntomas". Por ejemplo, el papá de Andrea falleció de ELA a los 63 años. Comenzó sin poder mover un dedo de la mano, luego no pudo hablar, tenía imposibilidad para tragar y hasta tuvo insuficiencia respiratoria. Andrea le contó a
El Tribuno que, luego de dos años de idas y venidas con los médicos, le diagnosticaron ELA.
"El mayor desafío es alcanzar un diagnóstico precoz y difundir la enfermedad", dijeron desde la filial.
Otro de los desafíos es sumar voluntarios y neurólogos al equipo, para ofrecer charlas.
Síntomas engañosos
ELA se caracteriza por la muerte progresiva de las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal, responsables de los movimientos voluntarios (neuronas motoras o motoneuronas). El inicio de la ELA puede ser sutil y sus síntomas pasan desapercibidos. Los primeros incluyen calambres o rigidez de los músculos; debilidad muscular en una pierna o brazo; palabras arrastradas y dificultad para masticar o tragar.