inicia sesión o regístrate.
¿Puede resumir su exposición?
Expuse mi trabajo de tesis doctoral, que se realizó entre el 2008 y el 2009. Conté que primero iba a investigar sobre el servicio militar obligatorio. La colimba se estudio poco y es una institución significativa, se creó en 1902 y duró hasta el 1995, que tras del caso Carrasco se cambió por el servicio voluntario. Fue una institución que construyó ciudadanía. Como me gustan los temas de memoria y dictadura, de casualidad me entero de un caso. En Tucumán se organiza un grupo de soldados que comienza a pedir una pensión de guerra en su lucha contra la subversión. Nunca tuve en cuenta la importancia del Operativo Independencia desde 1975 al 77. Este es un caso paradigmático, porque no sabía la importancia que tuvo hasta que en 2011 entrevisté en Tucumán a exsoldados, además de realizar un extenso trabajo de archivo.
Sí. Comencé a indagar sobre el por qué Tucumán fue tan importante. Por qué se puso tanta energía y recursos allá. Construyeron al monte tucumano como un espacio central en su lucha contra la subversión. Por qué ese espacio periférico se construyó como un espacio central en lucha contra la guerrilla.
Mi primera hipótesis fue que el monte tucumano fue presentado como un teatro en el que se pudo recrear una guerra. Entonces para los militares, que tenían centros clandestinos, el monte les dio una fachada legal para mostrar una guerra. Ahí me pareció interesante tomar un concepto de los militares que decían "este es nuestro teatro de operaciones". Es un término militar, pero era la metáfora de las puestas en escena; y construyó el imaginario nacionalista. Una guerra en Tucumán era una continuidad en la lucha por la Independencia del siglo XIX. Era el lugar paradigmático de la Independencia y tumba de la subversión.
Apelaba a la idea de los soldados que, como hijos del pueblo, derrotaban a la subversión. También construía al monte como un espacio de naturaleza agreste, salvaje; era la metáfora de un enemigo oculto en el monte. Construyen a un enemigo peligroso cuando en realidad no había más de 100 guerrilleros, pero que se consideró como que habían miles.
Durante los primeros meses no se llevaron periodistas. Sí movilizaban a miles de soldados de todo el país. Había campamentos distribuidos en toda la zona, pero por otro lado los centros clandestinos de detención como La Escuelita, las base militar de Santa Lucía, Fronterita, tenían esa doble función. Recién a finales del 75, cuando la Guardia del Monte está desarticulada, llevan a periodistas y hacen una gran puesta en escena; es por lo tanto una guerra incontrastable. Entonces se comienza a instalar la idea: el enemigo peligroso, en el monte, fuertemente armado, con tareas de acción psicológica.
A mediados del 75 hacen correr el rumor de que la guerrilla contaba con un arsenal militar impresionante. Entre los mismos soldados corría el rumor de que la guerrilla tenía un helicóptero que los abastecía. Este rumor fue significativo porque los soldados entrevistados de lo primero que hablaron fue del helicóptero. Este que parece un dato menor muestra cómo los militares construyeron el concepto de la peligrosidad de la guerrilla. De eso se trata la tarea de acción psicológica.
Sí, los llamaban los fuleros, los monos. También los llamaban los rubios que querían cambiar las ideas del país. Estigmatizarlos como animales, malandras, traidores; no como extremistas ni subversivos. Eso fue efectivo entre las tropas. A los soldados les dijeron que eran 5 mil y todos tenían miedo: los soldados y la población. Le tenían miedo a ese enemigo construido.
¿Y qué opina sobre el denominado combate de Manchalá?
Durante el Operativo Independencia hubo enfrentamientos entre el ERP y el Ejército. También se debe decir que el ERP buscaba ser reconocido como ejército para acceder a los derechos y condiciones de conflicto bélico de la Convención de Ginebra. Pero esto no nos tiene que llevar a confundir de que hubo una guerra. Sí hubo enfrentamientos o escaramuzas pequeñas, pero que no significan una guerra.
Pero está muy establecido como un combate...
Después me di cuenta de esa otra faceta; y ahora explico la utilización de Manchalá. Y es que utilizaron a los caídos como figuras paradigmáticas que exhibían constantemente. Mostraban a los que dieron su vida por la Patria y difundieron a estas figuras dentro del Ejército para cimentar lealtades. Exacerbaban la figuras de los caídos para crear una legitimidad para la lucha contra la subversión porque había que vengar a los compañeros; más de allá sobre cómo murieron. Cuando uno habla con exconscriptos dicen tal soldado no murió en un enfrentamiento. Hubo ajuste de cuentas o conflictos interpersonales, pero los hicieron pasar como caídos en enfrentamientos. Se armó una legitimidad de la guerra.
Además hubo una represión capilar. Me sorprendió la represión ilegal en gran medida en el monte tucumano porque todos eran potenciales colaboradores de los guerrilleros. Allí hubo una masiva represión ilegal, pero eso nunca se denunció. Mucha gente fue liberada, pero no había canales de denuncia que hay en las ciudades. Eso es un desafío que aún está vigente.
Había un aparato que atravesaba todos los niveles sociales...
En las revistas militares primero decían que el que no lucha por la Patria no se merecía ser soldado. Había que sacrificar la vida en la lucha contra la subversión. A principios del 75 eso cambia, pero ahora los soldados debían dar la vida por los compañeros caídos. Esos sacrificios fueron fundacionales en la lucha como construcción de la lealtad. Si mataron a mis compañeros yo tengo que vengarlos.
Todas estas imágenes del monte tucumano, la figura de los caídos siguen siendo potentes para impugnar que hubo terrorismo de Estado. Me parece que el Operativo Independencia sigue siendo utilizado como una experiencia del pasado reciente para seguir hablando de guerra, para decir que el Ejército argentino de fendió la soberanía nacional.