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ONG piden ayuda para pacientes del interior

Miércoles, 08 de julio de 2015 00:00
<div>Voluntarios de Salteños hasta la Médula, con Eduardo, hermano de una joven que falleció. J.Barthe</div><div>
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Zulema Paz tenía 21 años. Pertenecía a la comunidad wichi de Sachapera, de Tartagal, y falleció en la madrugada del domingo pasado. El único familiar que estuvo cerca cuando murió fue su hermano, Eduardo Paz. A ella le detectaron leucemia linfoblástica aguda en agosto de 2014. Había iniciado sesiones de quimioterapia que interrumpió por falta de medicamentos.
Tras una recaída, llegó al hospital San Bernardo desde Tartagal hace 45 días, según consta en un informe de la jefa de Hematología del hospital, María Celeste García. Su hermano contó que ella no había ido antes al hospital porque, con las inundaciones del verano, no se podía salir de Sachapera.
Cristina Vargas, encargada del área salud de la fundación Asociana (Acompañamiento Social de la Iglesia Anglicana del Norte Argentino), ayudó a la joven y a su hermano durante su estadía en la ciudad. Junto a otras organizaciones, como Salteños hasta al Médula y HOPE, dieron cuenta de las problemáticas que afrontan los pacientes del interior.
Comentaron a El Tribuno que muchos son de comunidades aborígenes y están solos en los hospitales de la capital. Cristina explicó: "Para Zulema, como para su familia, la situación de la enfermedad fue muy difícil porque no conocían la ciudad ni sabían adónde recurrir. El tratamiento es complicado de asimilar porque es muy distinto a lo que conocen".
Guadalupe Colque, presidenta de HOPE, fundación que ayuda a los niños con cáncer, contó: "Ahora nosotros estamos recorriendo otros hospitales, por fuera del Materno Infantil, y estamos tomando contacto con estos pacientes que están solos y que tienen problemas para recibir los medicamentos o la ayuda necesaria".
La psicóloga y la asistente social de HOPE detectaron la situación de Zulema y, junto al grupo Salteños hasta la Médula, trataron de ayudarla.
Otra de las preocupaciones de las voluntarias es el retraso que hay en el envío de la medicación de parte de algunas obras sociales. Según contaron, este retardo fue uno de los problemas que enfrentó Zulema.
Eduardo, hermano de la joven de la comunidad wichi, le dijo a El Tribuno: "Cuando consiguieron los remedios para ella, necesitábamos continuidad en las sesiones y nadie nos aseguraba eso".
Cristina, de Asociana, señaló además que hizo gestiones por el caso de Zulema y que le informaron que las demoras con las drogas tienen que ver con falta de recursos o con trabas a las importaciones.
Patricia Zambrano, de Salteños hasta la Médula, sostuvo: "Los pacientes vienen de afuera y son carentes de recursos. Hubo muchas idas y venidas en la asistencia para Zulema que no queremos que se repitan".
Sobre la causa del fallecimiento de la joven, el gerente del hospital San Bernardo, Hugo Sarmiento Villa, explicó a El Tribuno: "Ella estuvo hospitalizada en diferentes ocasiones. El 10 de setiembre de 2014 estuvo internada en la sala de inmunodeprimidos; el 30 de octubre de 2014 fue atendida en la guardia e internada y de ahí regresó a consulta el 25 de junio del 2015".
El funcionario agregó: "Ella tuvo un desarreglo gastrointestinal. Es un cuadro que aparece, como efecto secundario del tratamiento".
Precarias condiciones de vida
La familia de Zulema vive en una casa con paredes de plástico. Patricia y María Belén integran la organización Salteños hasta la Médula en Salta y estuvieron en contacto con Zulema y su hermano. Ellas contaron que “las condiciones en las que vive esta familia son muy precarias. Se pidió ayuda a la Subsecretaría de Pueblos Originarios”.
Eduardo Paz, hermano de Zulema, explicó a El Tribuno que vive con su mamá y dos hermanas en una casita con paredes de plástico y piso de tierra. Tienen luz y toman agua de la casa de un vecino. Como baño, tienen un pozo ciego.
“Como no somos cercanos al cacique de la comunidad, pedimos que nos ayuden para mejorar la vivienda como lo hicieron con otros pero no nos dio respuesta”, dijo el joven.
La mamá de Eduardo es artesana y sus hermanas la ayudan. Contó que, con las inundaciones del verano, “no se podía salir y por eso Zulema no volvió al hospital. Ahí no hay médicos, solo en Tartagal”.


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