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Tenemos un plan para el Norte Grande, que es la región más rezagada, pero tiene potencial

Sabado, 26 de septiembre de 2015 00:00
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Empleo de calidad, incentivo para la inversión, desarrollo, planes sociales, obra pública y federalismo. Esos y otros aspectos fueron abordados con definiciones concretas por Rogelio Frigerio, presidente del Banco de la Ciudad de Buenos Aires y referente del equipo económico del PRO en la campaña de Mauricio Macri rumbo a la presidencia, ayer en una charla con El Tribuno.

¿Qué determinaciones se tomarán con los subsidios a la energía y al transporte si Macri gana la presidencia?
Todas las decisiones de políticas públicas, y sobre todo económicas, se tomarán siempre considerando a la gente. Es algo que no hace este Gobierno. Queremos cambiar la Argentina, venimos de un Gobierno que fue el que más devaluó en el mundo; encontró un dólar a $2,90 y lo llevó a $9,50, $14 o $16 depende el dólar. Además achicó la economía y ajustó de la peor manera: con recesión y con una de las inflaciones más altas del mundo. Nosotros proponemos un cambio y el cambio no puede ser más de lo mismo. Lo que nosotros proponemos son políticas de desarrollo nacional.
¿En qué se sustentarán esas políticas de desarrollo?
Básicamente en la creación de empleos de calidad, que puedan pagar buenos salarios, ese es nuestro objetivo. Además es la mejor forma de combatir el principal problema de la Argentina: la pobreza y la indigencia. Son 14 millones de pobres y más de cuatro millones de hambreados que tiene el país, que, por cierto, le puede dar de comer a 400 millones de personas.
"No es lo mismo crear empleos en el interior profundo de la Argentina que cerca del puerto de Buenos Aires".
¿Para alentar la creación del empleo privado se necesita promover la inversión extranjera?
No solo la inversión extranjera. Como buen Gobierno populista, este exprimió todo el jugo de una bonanza externa, la mayor bonanza en la historia de los países de la región y no dejó nada para el día después. Tampoco creó durante estos años un fondo anticíclico del que pudiéramos disponer ahora para ayudar a los empresarios o productores de las economías regionales. En cambio sí se generó un fondo anticíclico privado: hay muchos argentinos que sacaron sus ahorros del sistema y que los tienen esperando a que venga un presidente que los convenza de que por lo menos una parte de esos ahorros, estimados en 250 mil millones de dólares, puedan de nuevo radicarse en nuestro país. La Argentina ha perdido posiciones en la región respecto a la atracción de inversión extranjera directa como nunca antes en la historia. Las posibilidades que tenemos marcando otro rumbo, cambiando las políticas que venimos llevando adelante, son enormes. Nosotros somos muy optimistas en cuanto al futuro de la Argentina. Y también somos muy optimistas con respecto a las economías regionales. Hoy en día suena raro porque las economías regionales están por el piso.
Los productores ya hablan de una situación de quebranto...
Sí, en una situación de quebranto. Están intentando sobrevivir y llegar al 10 de diciembre con la esperanza de un cambio. Muchos no van a llegar, por eso estamos trabajando en un plan de salvataje.
El sector pide la eliminación de los retenciones y compensaciones por los altos costos del flete ¿Cómo atenderán esa petición?
Primero necesitamos un Estado presente, que escuche a la gente. Necesitamos un Estado que le saque el pie de la cabeza de los productores. Necesitamos un Estado que libere el potencial enorme que tiene la producción de las economías regionales, que les deje hacer a los productores lo que saben hacer: trabajar, producir y exportar. Para eso tenemos medidas concretas, que compensan, por ejemplo, los costos de logística y de transporte, que compensan a veces la dificultad que hay para generar empleo en el interior profundo. Nosotros tenemos un plan de empleo joven, en el cual eliminamos durante los primeros cinco años de la vida laboral los impuestos al trabajo y los aportes personales. Los planes sociales son necesarios. En el interior del país se da la paradoja de que vos tenés un gran y terrible desempleo y ausencia de oferta laboral. Entonces vamos a hacer convivir el plan social con el salario, sobre todo en las épocas de cosecha en la que siempre es difícil encontrar mano de obra, por el temor a perder el plan social. También estamos pensando en bajar impuestos al trabajo, a las economías regionales. No es lo mismo crear un empleo en el interior profundo que cerca del puerto de Buenos Aires y nosotros como Estado tenemos la obligación de marcar esa diferencia. Generar condiciones de inversión y de empleo en el interior del país no solo tiene como objetivo el desarrollo equilibrado en la Argentina, sino también resolver el gravísimo problema social. Gran parte de la pobreza estructural de la Argentina está asociada a la migración de millones de argentinos que creen encontrar alrededor de los grandes centros urbanos la esperanza y el progreso que no encuentran en su lugar de origen. Tenemos que romper con eso, parar la migración, revertirla y para ello debemos generar especiales y específicas inversiones y empleos en el interior.
"Como Estado tenemos la obligación de marcar esa diferencia. Generar condiciones de inversión y de empleo".
Es necesario un replanteo del federalismo, sobre todo en la coparticipación de impuestos y rever los fondos discrecionales que el Gobierno distribuye, sobre todo, a provincias amigas...
La Argentina, siempre lo plantea Mauricio, no tiene futuro como el país unitario en el que se ha convertido. La paradoja es que quien más defiende el federalismo es el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El deterioro del federalismo no es solo responsabilidad del Gobierno kirchnersita. Aquí hubo connivencia de muchos gobernadores y de muchos representantes de las provincias en el Congreso nacional, que han permitido esta atrocidad. Hoy en día solo uno de cada cuatro pesos que se recauda a nivel nacional van a las provincias. Ese peso se tiene que dividir en 24 pedazos para que cada una de las jurisdicciones financie la salud, la educación, la seguridad y la justicia, los bienes públicos más sensibles para la sociedad. Obviamente, con esta distribución de los recursos en los distintos niveles de gobierno vamos a tener pésimos bienes y servicios públicos. Tenemos que corregirlo, pero primero hay que tener un presidente que crea que el poder y la gobernabilidad no se genera únicamente concentrando los recursos y el poder político, haciendo arrodillar a las provincias. Tenemos que tener un presidente que entienda que se puede gobernar convenciendo, dialogando, generando consenso, en este caso con los gobernadores e intendentes. No es lo que hemos vivido en los últimos doce años en la Argentina.
La etapa de desarrollo requiere entonces de obra pública, ¿qué peso tendrá en la gestión si Macri llega a la Casa Rosada? En Salta hay proyectos financiados con fondos nacionales que llevan años de retraso...
Mauricio es un ingeniero, también tiene una obsesión con la obra pública. Para sostener y sustentar un proyecto de desarrollo nacional necesitamos infraestructura que realmente mueva el amperímetro, que tengan un impacto real en la vida cotidiana de todos los argentinos. Tenemos un plan para el Norte Grande, que es la región más rezagada de nuestro país en términos sociales. Sin embargo, tiene una enorme potencial y lo tenemos que aplicar. Para eso necesitamos recuperar el crédito. Argentina lo perdió hace años y no pudo aprovechar como países vecinos. Todavía estamos a tiempo.
Habla de un plan para el Norte Grande, ¿cuáles son los objetivos de ese proyecto?
Básicamente que podamos darle a los compatriotas que viven en esta parte de la Argentina la posibilidad de progresar en su lugar, donde tienen sus amigos, sus familias. Esto no está pasando hoy. En la actualidad la familia se disgrega, muchos sueñan con que hay un futuro en otro lado y lamentablemente ese futuro también se ve frustrado. Tenemos que generar condiciones en el Norte Grande para crear inversión y para que haya empleo de calidad. La responsabilidad del Estado es brindar ese servicio de calidad de manera homogénea a lo largo y ancho del país. De lograr igual posibilidad de progreso, independientemente de donde hayas nacido. Eso lo hace un Estado presente, inteligente, que defienda el interés nacional. Lamentablemente no lo hemos tenido todos estos años. Otra asignatura pendiente para Mauricio Macri va ser recuperar el Estado para la Argentina. En Salta tenés de todo, buenos recursos humanos, naturales, petróleo, gas y por qué no soñar con que Salta puede ser líder en esta recuperación de la Argentina.
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