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En el folclore de nuestro país, sin dudas, la vinculación de las melodías con quienes hoy celebran esta fecha especial, tiene un antes y un después indiscutible. Se trata, de "Como pájaros en el aire", que compara a las manos maternales con aves en vuelo, que liga lo cotidiano con la magia.
En este recorrido de inspiraciones, El Tribuno se detuvo en la obra de Peteco Carabajal, quien en un diálogo profundo reveló la trastienda de su composición.
"La canción "Cómo pájaros en el aire'' la hice en el año 84. Ese día había ido al boliche del Negro (Horacio) Fontova, que se llamaba El goce pagano y me tenía que encontrar con Jacinto Piedra.
"Ese trabajo diario de la mujer en la casa y en la cocina, eso ha sido una linda imagen porque siempre ha sido con alegría para nosotros. Nuestras tías siempre le han puesto mucha alegría y la música también. Esa ha sido la inspiración para la canción", concluye.
La estrella azul
El motor creativo de lo familiar en Peteco no se circunscribe solamente a lo maternal, de hecho en el mismo año que compuso "Como pájaros en el aire", nacía Juan Antonio Carabajal, su primer hijo. La madre del entonces pequeño, Úrsula, era una empleada de la Embajada de Austria, quien dejó la Argentina luego de separarse del músico. A lo largo del tiempo, la distancia fue caprichosa y padre e hijo casi no pudieron verse: "La estrella azul" surgió tal vez como un intento para calmar la angustia.
"Dónde estará la estrella azul, ya no podré con mi dolor, en otros cielos brillará esa estrellita del amor", dice parte de la letra. Luego de treinta años de intentos fallidos, Peteco logró reencontrarse con su retoño inicial hace muy poco: "Juan fue a ver mi concierto en Viena y yo lo vi desde el escenario", declaró el artista en Clarín, durante la gira Rienda Suelta. "Cuando terminamos de tocar lo fui a saludar: él andaba con su mamá y con la novia. Salimos y fuimos a un bar y nos quedamos casi tres horas conversando. Por primera vez nos pudimos encontrar con Juan para hablar distendidos y riéndonos: cada uno desde su lugar. El encuentro con mis hijos ha sido totalmente alegre y hermoso. He podido comenzar un nuevo círculo de la vida. Yo durante 32 años estuve ligado a esta historia, siempre en silencio", explicaba al mencionado medio.
Sobre este punto, añadió para El Tribuno: "Ha sido muy lindo, sobre todo porque se han conocido con Homero también, entre hermanos, y con Martina también. A partir de ahora ya no es solo que recae sobre mí la búsqueda o las ganas de verse, sino también con sus hermanos y creo que va a ser principalmente con ellos la comunicación más fluida y más directa"
Así, madres, hijos, hermanos son tópicos de melodías que llegan al corazón.
Seguramente hoy, en mesas grandes o pequeñas, muchos de ellos se encontrarán reunidos a lo largo del país donde tal vez suenen estas canciones para celebrar la vida, para festejar a la madre, a la mujer luchadora, que trae hijos al mundo, que transforma el mundo que habita con su amor infinito.