inicia sesión o regístrate.
El titular de Tierra y Hábitat, Ángel Sarmiento, asegura que el nuevo loteo tiene todos los servicios, pero las 880 familias que ya se instalaron ahí no cuentan con agua, luz, cloacas ni gas.
La gente resiste como puede los calores que superan los 30 grados, los altísimos porcentajes de humedad y las fuertes tormentas que se vienen repitiendo.
Grandes y chicos viven bajo toldos hechos con piletas de lona o galerías de mediasombras; en habitaciones de chapas viejas con ladrillos sin amalgama y hasta en carpas.
Allí aguantan inmutables el paso del tiempo. Saben que en cualquier momento puede venir a desplazarlos otra familia que también sea propietaria del mismo lote por las irregularidades que hubo en las adjudicaciones.
Iván es un padre de familia que defiende con lo que tiene un terreno que nadie ocupó. No quiere dar más datos porque teme que alguien venga a reclamarle el lote. Dice que lo halló y no se irá sin dar pelea.
Tiene un toldo hecho con nylon negro y debajo dos carpas en donde vive con su mujer y su hija. Llora porque tiene miedo de que lo saquen. Bajo el toldo todo es complicado con una niña que debería empezar el jardín este año.
"No tengo cloacas, luz ni agua. Improvisé un pozo ciego. No puedo bañar a mi hija. Con estos calores no puede salir al sol porque se quema. Ni cocinar se puede porque no hay con qué lavar las cosas", dijo el hombre, que cuida la casa mientras su mujer sale a trabajar.
Para los niños las cosas están muy difíciles porque ya debieron soportar al menos tres tormentas fuertes, el calor abrasador y la falta total de condiciones para el sano desarrollo.
"Nosotros nos prendimos a una conexión clandestina porque ya no aguantábamos más vivir sin luz", dijo Montellanos, que llegó desde Iruya con hijos.
El hombre es fuerte y sabe de albañilería, por eso están avanzando rápido en la construcción de su casita.
Pero aún así es difícil hacer las mezclas sin agua. Tampoco se puede utilizar un taladro o una amoladora sin energía.
En llantos
Los niños están condicionados por la ausencia estatal. Los mayores también la sufren aunque traten de demostrar lo contrario.
Tal es el caso de Eleuterio y Elba Rodríguez, que forman un matrimonio con dos hijos adultos. Desde que El Tribuno ingresó a su lote, Eleuterio se encargó de mostrar su optimismo. Su universo allí se constituye por un contrapiso, parrillas, ollas y una habitación con cama de dos plazas.
Elba y Eleuterio cumplirán sus 40 años de matrimonio el ocho de noviembre. Él la toma de la mano y mantienen la fuerza para luchar.
Hizo un pozo de un poco más de un metro que presta a los vecinos que necesitan el baño.
"Si no nos ayudamos entre los vecinos... ¿entonces quién nos ayudará?", dijo el hombre a este medio.
"Es el Estado el que debe hacerlo", le respondió El Tribuno.
Y el hombre se quiebra a medida que responde hasta que se desarma en impotencia diciendo: "Pero si el Estado está para los ricos, no para los pobres".