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Ayer en el Teatro Provincial se presentó, a sala llena, la gala patriótica del 9 de Julio con la obra "Juana Azurduy en la gloria de Gemes". Protagonizaron este espectáculo los bailarines del Ballet Folklórico de la Provincia de Salta, bajo la dirección artística de Carlos Luna. La música original pertenece a Noelia Escalzo, compositora de Córdoba, y la coreografía a Víctor Campillay, José Higa y a Horacio Quispe. La dirección actoral fue de Julio Díaz Escamilla. La Orquesta Sinfónica volvió a ejercer una brillante interpretación, bajo la dirección de Jorge Lhez.
La pieza, dividida en tres actos, describió la sufrida vida de Juana, generala de hombres libres de América, que vivió en Salta protegida por Gemes hasta que este fue traicionado. En el curso de la lucha contra España, su marido y sus hijos -incluso un bebé- fueron asesinados por los realistas y sus tierras diezmadas por los criollos. Con tremenda historia a cuestas, murió a los 82 años, pobre, sola e intencionalmente olvidada, un 25 de mayo.
Las escenas de la obra buscaron transmitir este tránsito indolente con cuadros donde no faltaron las acrobacias, pero donde estuvo ausente el "touch" folclórico. Muy poco se escuchó y mucho menos se vio al respecto. Sin embargo, esta ausencia no opacó el tremendo esfuerzo mancomunado sobre el que se afirman las complejas piezas que se pusieron en movimiento en el escenario del Teatro Provincial.
Porque finalmente es la emoción transmitida, más allá de los detalles técnicos, la que primó sobre el público presente. Complacido, sin que nadie se levante de su asiento, aplaudió cada uno de los cuadros con sincero sentimiento y, al cerrarse el telón, se retiró de la sala con una linda emoción por delante. Y eso es lo fundamental, el festejo de ser argentino.
La pieza, dividida en tres actos, describió la sufrida vida de Juana, generala de hombres libres de América, que vivió en Salta protegida por Gemes hasta que este fue traicionado. En el curso de la lucha contra España, su marido y sus hijos -incluso un bebé- fueron asesinados por los realistas y sus tierras diezmadas por los criollos. Con tremenda historia a cuestas, murió a los 82 años, pobre, sola e intencionalmente olvidada, un 25 de mayo.
Las escenas de la obra buscaron transmitir este tránsito indolente con cuadros donde no faltaron las acrobacias, pero donde estuvo ausente el "touch" folclórico. Muy poco se escuchó y mucho menos se vio al respecto. Sin embargo, esta ausencia no opacó el tremendo esfuerzo mancomunado sobre el que se afirman las complejas piezas que se pusieron en movimiento en el escenario del Teatro Provincial.
Porque finalmente es la emoción transmitida, más allá de los detalles técnicos, la que primó sobre el público presente. Complacido, sin que nadie se levante de su asiento, aplaudió cada uno de los cuadros con sincero sentimiento y, al cerrarse el telón, se retiró de la sala con una linda emoción por delante. Y eso es lo fundamental, el festejo de ser argentino.
Un bailarín de gran visión
Carlos "Lito" Luna, el director del Ballet Folkorico de la Provincia, es profesor de danzas nativas y latinoamericanas. Participó en numerosos festivales y fue fundador de la Escuela de Arte Nativo José Hernández. Baila hace 40 años.
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