Jaime Barrera [email protected]
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La profanación de hostias consagradas indignó a los vecinos de la zona donde está edificada la capilla de Schoenstatt. Al parecer fue un robo, pero los pobladores y el mismísimo sacerdote Alejandro Pezet, responsable del templo, no descartan la intencionalidad macabra del sacrilegio.
A dos cuadras de esta capilla, se halla sobre un espacio, a metros de las vías del ferrocarril, una espelunca con la imagen de San La Muerte que genera rechazo y temor por su figura esquelética, encapuchada con una guadaña en las manos.
No se sabe cuántas hostias se llevaron. Ingresaron por una angosta ventana, tomaron un equipo de música, pocos pesos de la limosna de los feligreses y tiraron al suelo un copón lleno de hostias listas para la misa.
"Los vecinos encargados de la capilla hallaron hostias en el piso. Robar una hostia consagrada es grave, es una profanación", dijo el sacerdote Pezet, vía telefónica desde Buenos Aires, donde se enteró del triste episodio.
Los feligreses no salen de su asombro. No descartan algún tipo de intenciones macabras en el robo, con el fin de realizar un ritual satánico o como emblema de burla a la iglesia.
"Muchas cosas pasan por mi cabeza. Estamos rezando por aquellas personas que hicieron este daño. Por su reconversión y su arrepentimiento. Si acaso se robaron una o varias hostias, fue para hacer daño. No me cabe duda", resaltó María, una de las vecinas que descubrió la profanación.
Las hostias estaban consagradas. Fueron guardadas en el sagrario de la capilla en un copón de metal. A un costado estaba la llave. Al parecer, quien causó este ultraje se tomó el tiempo de abrir el sagrario y sacar las hostias. Sospechan que por desprecio tiraron varias en el piso. Las hostias consagradas que se transforman en el cuerpo y la sangre de Cristo, según el culto católico, fueron profanadas de la capilla que se levanta en el sector este de la ciudad de Rosario de Lerma y rodeado de populosos barrios, entre ellos Parque Palermo, Bella Vista y Pueblo Nuevo.
Con mucho esfuerzo se está edificando. En la parte de atrás del predio se construyó un centro de formación profesional para adolescentes, con la idea de contenerlos y darles la posibilidad de forjar su futuro. Hasta el momento no se sabe quién o quiénes fueron los autores de este hecho lamentable.
San la Muerte, a metros
"Buscaban algo de valor, seguramente. No había nada de valor en la capilla. El solo hecho de ingresar de esa manera es una profanación. Para mí San la Muerte no es un rito satánico, no tiene mucho valor, es una devoción sin sentido. No descarto malas intenciones en lo ocurrido. Nos pone en alerta por las cosas que están pasando en nuestra sociedad", sentenció el sacerdote Pezet.
Los vecinos convocaron a rezar en la capilla por la afrenta de este hecho. El repudio ha sido generalizo. Pero la preocupación es aún mayor puesto que las hostias consagradas las usan los satanistas para realizar maldiciones, según la creencia popular.
A pocas cuadras de la capilla se encuentra un santuario a San la Muerte en donde jóvenes realizan su culto. En varias oportunidades se hicieron operativos policiales en ese lugar debido a los hechos de violencia que se generan. Los vecinos apuntaron que la profanación está relacionado con este culto a San la Muerte.
Una entidad oscura con muchos adeptos
™El culto a San la Muerte se extiende por América del Sur, especialmente en Paraguay y noreste de Argentina, aunque el norte no se libra.
Sus imágenes sirven de amuleto, suelen ser talladas en una sola pieza de madera dura, hueso (en ocasiones de humanos), plomo, yeso: las más altas miden 15 cm, las más pequeñas suelen medir tres centímetros y representan a un esqueleto humano con una guadaña cuya hoja es de lata. La veneración de San la Muerte nada tiene que ver con la Iglesia Católica, que considera todo lo relacionado con esta entidad un culto pagano.