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"En la actualidad cuando se habla de violencia de género, ya se habla de femicidio, de la muerte de la mujer, pero la violencia de género diaria -que incluye la violencia psicológica y actitudinal- genera distintas enfermedades en la mujer", explicó el doctor Bernardo Biella en diálogo con El Tribuno.
En sus dichos, el doctor destacó con claridad que si bien la muerte de las mujeres provocada por la violencia de género es el punto cúlmine de agresiones -que a veces llevan años-, previamente la víctima vivió situaciones de actitudes violentas, expresiones degradantes que de a poco van minando su salud. Estos síntomas y situaciones que empeoran la salud de las mujeres pueden ser tal vez las señales a las que los profesionales deben apuntar, para descubrir la razón real de la dolencia.
Biella destacó que cuando la mujer vive en situación de peligro constante o agresiones físicas o actitudinales se pone en acción el sistema nervioso simpático. Este sistema le permite al ser humano defenderse o escapar, y trabaja desde el origen del hombre. Este sistema se apaga en forma natural cuando la persona se ubica en un lugar donde se siente segura y logra relajarse. En ese momento se activa el sistema parasimpático, que es el que genera placer, bienestar y no permite dormir.
"Cuando se presenta la violencia de género, la mujer no logra apagar este sistema y empiezan a aparecer enfermedades como la gastritis, el reflujo gastroesofásico, colon irritable que puede generar diarrea o constipación o las dos cosas", detalló el profesional.
La suma de dolencias que se exacerban por la violencia de género no quedan ahí. También se generan más casos de hipertensión, taquicardias, dolor de cabeza permanente e insomnio. En la medidas que la violencia o la situación de tensión en la que vive la mujer sigue en aumento, las dolencias se complican y afectan al sistema inmunitario. "Esto hace que el cuerpo tenga alteraciones de los glóbulos blancos, que son los responsables de que podamos repeler los virus, bacterias y hongos", destacó el profesional.
La alteraciones en los glóbulos blancos pueden generar enfermedades como la fibromialgia, la artritis reumatoide y el lupus.
Tumores y demencia
Los linfocitos T son los denominados antitumorales, ante situaciones de estrés los linfocitos dejan de trabajar. “A diario, las personas están en contacto con sustancias oncogénicas, esto quiere decir generadoras de cáncer. Si tenemos los linfocitos T anulados, estas sustancias ingresan al organismo, anidan y generan tumores”, explicó Biella, alertando sobre la posible proliferación de tumores si la personas continúa bajo situaciones de estrés. La pérdida de la memoria o la denominada demencia senil, en mujeres de 45 años, es también otras de las dolencias que se genera a causa de la violencia de género.
“Una mirada, una palabra o una actitud puede hacer que el sistema nervioso simpático no se inactive y daña todos los días el cuerpo”, dijo.