inicia sesión o regístrate.
Sandra Vázquez es ginecóloga infanto-juvenil y llegó a Salta a presentar el libro “Miradas sobre la adolescencia hoy”, de la editorial Fundación Garrahan.
El trabajo surgió a partir de las reflexiones que ofrecieron especialistas de diferentes disciplinas para acercar a la comunidad su compromiso con la prevención y promoción de la salud en adolescentes.
El trabajo, anunciado en la última Feria del Libro, recoge artículos sobre diferentes temas como anticoncepción y cuidados de la salud en la adolescencia; género y masculinidades; promoción de la salud en adolescentes; suicidio y autoagresiones; consumo problemático de sustancias; redes sociales; bullying y violencia en la escuela; adolescencia y alimentación; estrategias para mejorar la relación con hijos adolescentes; el desafío de la consulta médica con el paciente adolescente, entre otros. La especialista dialogó con El Tribuno sobre algunas de las problemáticas por las que están atravesando las jóvenes que no saben si ir a un pedíatra o a una ginecólogo.
La profesional, entre otros conceptos, dijo que enseñar educación sexual es enseñarle a un adolescente a ponerse el preservativo. Dijo que los padres deben estar atentos para hablar con sus hijos sobre el placer de las relaciones sexuales.
¿Generalmente sobre un aborto, los últimos que se enteran son los padres?
De esos temas no se habla ni nadie se entera. Pero hay diferencias: a una niña de familia con altos ingresos los padres la llevan a una clínica y nadie se entera. En el caso de las mujeres que no disponen de dinero son las que corren mayores riesgos en su salud y, además, hay que tener en cuenta la desinformación. Y somos los profesionales de la salud los que debemos acompañar a los adolescentes. Las niñas deben venir a las consultas sin ningún temor.
En Salta hay una ley sobre educación sexual que se aplica a medias...
En todo el país hay dificultades para la aplicación de la ley. Y se debe decir que la ley es federal, que lleva once años de sancionada y que la aplicación no es buena. Esa es una de las cosas que hay que mejorar. Si uno lee los documentos y las bibliografías, es una ley maravillosa, pero no hay gente dentro de los colegios que la apliquen. Dependemos de las voluntades de los directores que dan talleres esporádicos, y la ley no dice eso. Establece que se debe dar desde el nivel inicial hasta el quinto año de secundario, que hay que ir dando los contenidos que están explícitos en dicha ley.
¿No hay docentes específicos de educación sexual?
Si yo tengo que ir a dar contenidos de matemáticas o ciencias los chicos no van a aprender. Yo tengo que dar lo que sé. Entonces no se entiende por qué la misma docente que enseña lengua también enseña los contenidos de educación sexual. Hay un presupuesto destinado para eso y no se pone en práctica. Todo está limitado a lo que el director de cada institución diga. Entonces en los colegios religiosos no tienen educación sexual integral. Que se debe decir no es biología, no es anatomía. Educación sexual integral es enseñarle a un pibe a ponerse el preservativo, a una chica a que tenga la fortaleza de decir no, si no quiere ser iniciada sexualmente, entre otros tantos temas.
Entonces los privados tampoco cumplen...
Es que la ley es para todos, pero como es federal no tiene la misma fuerza y el Ministerio de Educación de Nación no tiene el poder de policía, por decirlo de alguna manera.
Tampoco hay una exigencia real de los padres...
Por un lado los papás no exigen y por el otro no tienen la capacidad para tratar estos temas en sus casas. Pero se debe decir que tampoco tienen información. Para empeorar las cosas, si la tuvieran, además resulta muy difícil transmitir esa información. Los chicos tienen su formación con los grupos de pares, con internet, que casi siempre está alejada de la realidad.
Es que es muy difícil hablar con los chicos.
Hablar de placer con los chicos es algo que muy pocos pueden hacer. Los chicos de 15 o 16 años no están pensando en la sexualidad para procrear, están pensando en relaciones sexuales para el placer. Si lo enfocamos de otro lado no les va a resulta positivo llegar a una consulta. Los padres deben detectar que los chicos ya están en una edad en que necesitan escuchar a alguien especializado para asesoralos.
¿El país no da esa condiciones?
Como país tenemos grandes posibilidades. Argentina tiene las leyes más avanzadas en Latinoamérica y sin embargo vemos femicidios, embarazos adolescentes, consumo problemático de sustancia. Deberíamos crear más estrategias aplicables. A mí me preocupa mucho el consumo de sustancias, entre todas el alcohol. El descontrol que provoca en accidentes, embarazos e infecciones de transmisión sexual, y además lleva al deterioro escolar.
¿Y cómo se analiza la sexualidad de los adolescentes en ámbitos rurales?
En ámbitos rurales hay que respetar las culturas y a sus propios hábitos. En Jujuy hicieron una maternidad lujosa y venían las collas y parían en el baño. Ellos tienen los niños en cuclillas y lo saben hacer muy bien. El sistema de salud se debe adaptar a las culturas de cada lugar. Por supuesto que debemos vacunar a pesar de que no estén acostumbrados, pero pensar las culturas también.
Hay determinadas costumbres entre los originarios que figuran como delitos en el Código Procesal Penal.
En Buenos Aires si un padre hace iniciar sexualmente a su hija con los amigos, va preso. Yo sé que hay pautas culturales donde la ley choca mucho con la pauta.
Pero justamente, en esos ámbitos inhóspitos es donde más embarazos de niñas hay...
Es donde más aceptado está. Una chica universitaria de 18 años en Buenos Aires que se embaraza no está tan bien aceptada como una de 14 en un pueblito aborigen. En algunas culturas el embarazo adolescente es un hecho. Hoy los proyectos de vida de las mujeres cambiaron mucho y la edad para tener hijos se postergó bastante. La mujer decide concluir una formación educativa, llegar a un nivel económico, convive con su pareja y recién decide. Pero no es así en todo el país. Bajan mucho los índices de embarazos en adultas y en adolescentes de 10 a 15 años aumenta. Y lo que más preocupa porque ahí se habla de abuso. Si tenemos en cuenta que el 70 por ciento de los embarazos en menores de 20 años no fue planificado, que lo acepten no quieren decir que haya sido planificado.
Hay un limbo entre los pedíatras y los ginecólogos que generan dudas entre los padres y los chicos...
Existe la residencia de médica integral para adolescencias. Hay clínicos y pediatras que hacen la especialidad en adolescencia. Pero lo peor es aquel pediatra que atendió desde que nació a una nena y nunca la va a ver como adolescente. Que nunca le va a preguntar si está de novia con alguien, si consume alguna sustancia. Hay un espacio en donde un profesional jura que la consulta no sale del consultorio. Los chicos que aún no definen su identidad sexual menos. Hay que buscar profesionales que respeten su autonomía y la confidencialidad.
¿Y en Salta cómo se encuentra a esos profesionales?
El programa de Salud Integral de Adolescencia buscó a los profesionales y los fue poniendo en un mapa. Hay que buscarlos en la página del Ministerio de Salud de la Nación.