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En una semana en la que la cantidad de muertos por el conflicto civil que vive Venezuela fue aumentando, la jornada electoral de ayer fue el clímax de esta escalada de violencia, con un registro de al menos 16 muertos incluyendo los de la noche del sábado, según denunció la oposición.
Además, la ONG Foro Penal Venezolano (FPV) contabilizó 64 detenidos en la jornada de protestas en contra de las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente de ese país.
Tal fue el saldo de la votación convocada por el oficialismo que ni siquiera alcanzó porcentajes de participación considerables, dado que, aunque sin datos oficiales hasta el cierre de esta edición, la probable concurrencia a los centros de votación había sido vaticinada en 25 por ciento por Datanálisis y en 10 ciento por el politólogo chavista disidente Nicmer Evans.
Según el dirigente opositor Henrique Capriles, la asistencia de votantes rondó los tres millones del total de 19,4 millones de venezolanos que estaban habilitados para escoger a 364 constituyentes territoriales y 181 sectoriales. Entre estos no había candidatos de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que también había hecho un llamado a no asistir a las urnas.
A pesar de estas afirmaciones, ayer por la noche el chavismo gobernante se felicitó por la "participación récord" y por una "victoria ejemplarizante", según dichos del primer vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello. El influyente político chavista compareció ante los medios y detalló que esta asamblea se instalará en los próximos días y sus decisiones deberán ser acatadas por todos los poderes, incluido el Parlamento, de mayoría opositora.
Concentraciones disueltas
El proceso electoral transcurrió entre el clima de protestas y de represión, que se convirtió en el escenario usual de Venezuela en los últimos cuatro meses.
En Caracas la oposición había llamado a sus simpatizantes a concentrarse, pero tropas de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana los sorprendieron en los cinco puntos de la ciudad en los que se habían dado cita previamente y los reprimieron con balas de goma, bombas de gas lacrimógeno y chorros de agua.
En tanto, en los 23 estados federados hubo "trancazos" (bloqueos de calles y avenidas) que también dieron lugar a choques con efectivos militares y policiales. En la capital como en las regiones hubo numerosos cacerolazos contra las autoridades centrales.
En ese contexto se reportaron diversos incidentes, como el de cerca del mediodía cuando una motocicleta en la que se trasladaba un policía se incendió tras una explosión en un costado de la plaza Francia de Altamira, en Caracas. En ese momento fuerzas de seguridad dispersaban a decenas de manifestantes que protestaban contra la Constituyente y tras la explosión y el incendio, siete policías resultaron heridos, según indicó la Fiscalía General (Ministerio Público).
Este mismo organismo reportó que al menos siete personas murieron en diversos incidentes durante la jornadas, elevando a 118 su cómputo desde abril. En la mayoría de los casos se trató de ciudadanos que protestaban contra el Gobierno y fueron baleados en la cara, pero también cayó un efectivo de la GNB y la noche del sábado un candidato a constituyente, según los datos del MP.
Por su parte, la oposición denunció que fueron catorce las muertes relacionadas con los disturbios de los comicios. "Se supone que un proceso electoral es una fiesta porque el pueblo puede expresarse, pero eso no ocurre hoy: hay 14 personas asesinadas, incluyendo un niñito de 13 años", dijo la diputada opositora Delsa Solórzano en una rueda de prensa.
Nueva constitución
El presidente Nicolás Maduro convocó a la asamblea constituyente no para que reforme la carta magna vigente -que surgió de la reforma impulsada en 1999 por el entonces presidente Hugo Chávez- sino para que redacte una nueva.
Los principales cuestionamientos al proceso constituyente se relacionan con el sistema de representación corporativa elegido para varios de sus integrantes y con el hecho de que no esté avalado por un referendo, tal como lo exige la Constitución que todavía rige.
Por detrás de esas críticas, la oposición teme también que a partir de su poder "originario", la asamblea constituyente extienda el mandato de Maduro -que vence en enero de 2019- y aplace las elecciones para designar a su sucesor.
Presión internacional
En medio de todo esto, hubo llamados de atención de varios países, entre ellos Estados Unidos, que abrió la posibilidad de aplicar sanciones económicas, pero Maduro siguió adelante con la iniciativa. Después, los gobiernos de Argentina, Perú, España y Brasil se sumaron a la posición que habían expresado días atrás Colombia, México y Panamá contra el proceso de reforma de la constitución.
Pero Maduro, quien ayer fue uno de los primeros votantes de la jornada, aprovechó ese momento para desestimar las presiones internas y externas en cadena nacional. "Estoicamente aguantamos la campaña mundial. Estoicamente aguantamos la violencia terrorista y criminal. Ojalá el mundo extienda sus brazos de respeto hacia nuestra patria", expresó.