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Una noche de terror vivieron un joven taxista, su pasajera y la bebé de la mujer al ser abordados violentamente por un hombre fuera de sí, al parecer obnubilado por los efectos de las drogas, cuando el vehículo se detuvo en un domicilio del barrio Santa Mónica para que descendiesen la mujer y su bebé. En la oscuridad del lugar el taxista intentó bajarse del auto para abrir el baúl donde se hallaba el choche de la nena, pero ni bien bajó una de sus piernas una puñalada le atravesó el muslo.
Preso del dolor el taxista intentó cerrar la puerta pero el asaltante de gran porte físico se lo impidió y blandiendo el puñal sobre la humanidad del conductor se alzó con la billetera del mismo.
La mujer y el bebé lloraban de terror en el asiento de atrás y el sujeto intentó abrir la puerta donde se hallaba la mamá, no pudo hacerlo porque estaba con seguro, pero en su furia demencial comenzó a apuñalar la puerta y los vidrios. La mujer aterrorizada abrió la puerta derecha y huyó hacia adelante con su beba en brazos y el delincuente intentó salir detrás de ella. Cuando estuvo frente al auto, el taxista, aún herido gravemente y en un gesto que lo enaltece, atropelló al sujeto para evitar que alcanzara a su pasajera, pero al parecer no llegó a lesionarlo.
Este, con más furia, se volvió en contra del auto y lo rayó por todas partes con el cuchillo.
El chofer maniobró para sacárselo de encima y se dirigió unos cincuenta metros más atrás donde se encuentra una seccional del Cuerpo de Bomberos de la Provincia. Allí un paramédico lo asistió de la gravísima herida en una pierna. El bombero logró frenar la profusa hemorragia que le paralizaba ya la pierna David Quiroga.
Personal de esa dependencia salió en busca de la mujer que había huido en pánico, ya que la misma en su fuga había dejado en el interior del taxi el coche de su bebé, la mamadera, un bolso con humildes prendas de la niñita y otros enseres de su pertenencia.
En minutos móviles policiales de la comisaría 17 y del 911 llegaron al lugar y más tarde una ambulancia del Samec se presentó para asistir al herido,
El Tribuno dialogó ayer con el taxista David Quiroga, quien desde su lecho donde reposa por prescripción médica le relató a El Tribuno la ferocidad del ataque sufrido.
"Eran las 2 cuando me abordó una mujer joven con una niñita hermosa de un año y medio más o menos, me dirigí hacia Santa Mónica y tras pasar el Cuartel de Bomberos me hizo parar frente a un domicilio. Cuando intenté bajarme en esas oscuridades para abrir el baúl sentí un fuego que me atravesaba la pierna izquierda. Fue dolorosísimo. Aun así me tiré para atrás y esquivé otro estoque mientras el sujeto levantaba la billetera amenazándome con el arma blanca. Con la pierna que me quedaba sana le di una patada y logré salvar el equipo del taxi, mi celular y a la pasajera que estaba fuera de sí de pánico. No sé, estaba endemoniado. Un loco total. Me encerré en el taxi y el tipo se subió al capot y apuñalaba el vidrio, después se fue al costado y quería ingresar adonde estaba la pasajera, la mujer abrió la otra puerta y corrió con su bebé y cuando lo vi pasar frente a la luz le tiré el auto encima pero no lo alcancé bien y se me vino encima otra vez. Yo maniobraba contra él, los pozos de la calle, la oscuridad la herida que no me dejaba embragar hasta que zafé y me fui hasta los Bomberos.
"Ahí lo primero que hice es decirle que había una mamá en problemas, que el tipo estaba loco. Salieron a buscar a la mujer pero no la hallaron. Por este medio le informo a esa mamá que todas sus cosas y las de su bebé están en la comisaría 17".
David Quiroga dijo demás: Hoy -por ayer- era mi cumpleaños y de regalo Dios detuvo esa mano homicida. Fue de terror pero la saqué barata. Lamento el sufrimiento de la pasajera, a quien no conozco pero al igual que yo jamás podrá olvidar este viaje a Santa Mónica".
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