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El paraíso laboral no existe

Miércoles, 24 de octubre de 2018 02:08
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La semana pasada, el presidente Mauricio Macri cerró el 54º Coloquio IDEA, en la ciudad de Mar del Plata, donde convocó a los gremios a sentarse a discutir una nueva legislación laboral. También expresó que “donde voy, los empresarios me dicen que no se animan a tomar una persona por todo el riesgo de litigio que les impide estar tranquilos. Hay cientos de miles de puestos de trabajo que no se generan por la legislación laboral. Metimos lo de las ART pero no alcanza. No digo avanzar en leyes laborales anglosajonas que son mucho más restrictivas, pero si en las que tienen los italianos o los españoles”, manifestó. 
El jueves, el propio ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, había anticipado que insistirán en esta discusión parlamentaria durante el año próximo.
Lo expresado por el primer mandatario no es sino el reflejo del pensamiento de la gran mayoría de los empresarios, que sueñan con un lugar idílico en el que puedan tener trabajadores bajo sus órdenes, pero sin las “odiosas” leyes laborales. 

 Un sueño

Suponen que ese lugar existe en algún lugar del planeta. Han escuchado tantas veces hablar de la reforma laboral italiana, española o francesa que creen que en esos países se encuentra el anhelado paraíso laboral. 
Precisamente, el hecho de que en las últimas cuatro décadas hayamos recibido reiteradamente noticias sobre cambios en la legislación laboral de esos países no es sino la respuesta al fracaso de los remedios intentados.
La llamada flexibilidad laboral no puede mostrar un solo ejemplo de crecimiento económico -o al menos- de cumplir la eterna promesa de reducir el desempleo. En el caso de España es notorio que lo único que se ha logrado es la transformación de una gran parte de la fuerza laboral que pasó de cierta estabilidad a una perpetua precariedad (que afecta seriamente la tranquilidad psíquica de los afectados).

 Beneficios de los empresarios

Se supone que si vamos a “importar” un modelo italiano o español lo incorporaremos con todos sus ingredientes (que se suponen son imprescindibles para la exitosa receta). En ese caso los empresarios argentinos deberán prepararse para:
Cuadruplicar los salarios. En España e Italia el salario mínimo está establecido entre 800 y 1.000 euros. En Argentina actualmente es de 200 euros. El promedio de salarios en cualquier actividad sigue aproximadamente la misma proporción.
No podrá despedir sin causa, aun cuando quiera hacerlo pagando una indemnización, (en Italia empresas con más de quince trabajadores deben reinstalar a los trabajadores despedidos sin causa).
Deberá reducir la jornada de trabajo (sin menguar el salario). En Argentina la jornada es de 9 horas diarias y 48 semanales; en España e Italia el máximo diario es de 8 horas y el semanal de 40 horas.
Deberá duplicar el periodo mínimo de vacaciones que en Argentina es de dos semanas y en estos países es de cuatro.
Deberá aceptar una mayor injerencia sindical en el seno de la empresa, ya que los países europeos, en general, tienen articulados esquemas con amplia participación de los representantes sindicales sobre todo en materia de higiene y seguridad.

 

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