PUBLICIDAD

¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
20°
21 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Una reforma urgente y para el bien de todos

Martes, 31 de julio de 2018 01:05
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Estamos en una época que la sociedad requiere respuestas rápidas y justas al Poder Judicial.
Así como se habló de “constitucionalismo social”, cuando se incorporaron los derechos laborales y a la vivienda, ahora vivimos la época en que todos los derechos públicos y privados tienen base constitucional.
 Es una época que demanda transparencia. Hoy, los derechos humanos han sido incorporados a la Constitución.
La participación ciudadana se ha convertido en norma de muchas actividades, y lo vemos en el derecho ambiental, en los derechos de las comunidades. Esta participación es exigida como requisito de validez de muchas acciones públicas y privadas: para que sea genuina requiere información y capacitación para el ciudadano. No es tiempo de encubrimientos, sino de transparencia. La transparencia muestra y publica el cómo y el porqué de cada decisión.
Es tiempo de independencia del Poder Judicial y los jueces. El Poder Judicial prepara su propio presupuesto y lo administra. Aquí en estos dos pasos debe existir transparencia, equidad, razonabilidad, y debe responder a un plan estratégico que como poder se haya propuesto para la administración de Justicia. Y debe haber un control externo del cumplimiento de esos objetivos, de la gestión y de los resultados.
 Y no debe haber gastos ocultos que no se puedan o deban informar.
La independencia de los jueces nos hace pensar en categorías éticas. No solo un código de ética que debe ser conocido por todos, sino la práctica de cada día regida por esos valores. Porque la ética también es capacitación, estudio, compromiso, trabajo, actualización, conocimiento de la sociedad en la que participa en la que va a dictar justicia.
Han cambiado los tiempos.
La presidencia de la Corte tiene que ser efectivamente rotativa, no puede haber un presidente por quince años. 
Necesitamos jueces absolutamente fieles a la Constitución.
 El Consejo de la Magistratura debería estar integrado por la academia, y por un miembro de la sociedad, ya sea de una ONG dedicada al tema, o una persona elegida en elecciones generales. No deberían participar de su composición políticos ni miembros de otros poderes.
 ¿Qué aspira la sociedad de un juez? Que sea honorable, justo, en su vida privada y pública, que se capacite, que trabaje mucho, que dicte sentencias justas.
 Por eso, la Escuela de la Magistratura debe capacitar a los futuros jueces en la resolución de conflictos donde se encuentren en juego los derechos humanos.
Es bueno rescatar lo que la Constitución de la Provincia de Salta denomina “Garantía”:  Artículo 86. Sujeción a la Constitución. (...) Los poderes públicos y los habitantes están obligados a conformarse a ella, no obstante cualquier disposición en contrario que contengan las leyes o los reglamentos. 
La Constitución se reforma con el procedimiento que la misma ha establecido. Y quienes dicten sentencias en contra de la Constitución son pasibles de jury de enjuiciamiento por mal desempeño de sus funcio    nes”.
Por todo eso es que creo que debe reformarse la Constitución, para dar más certeza a los ciudadanos, más seguridad sobre el cumplimiento de las normas. Para dar transparencia, y para que la Justicia sea verdaderamente el lugar donde se recurre para que la Constitución se cumpla .
Para que no se guarden expedientes donde están comprometidos los poderosos, a la espera de tiempos menos “peligrosos” para el juez, aunque los ciudadanos se sientan desprotegidos. Hay que discutir y resolver sobre la necesidad de las ferias judiciales, del no pago de impuestos a las ganancias y sobre el tiempo de duración en su cargo de los jueces de la Corte. Para que los próximos jueces se sientan seguros; no dependientes del político de turno, sino respaldados por su desempeños con honestidad, claridad, transparencia, trabajo y capacitación y compromiso social.
Lo que proponemos no es una reforma exprés, sino una reforma necesaria, urgente, clara, con temas precisos y perfectamente puntualizados; para que mejore la Justicia, en procura de una paz social, que es su fin último en democracia, justa y participativa.
Todo lo demás son privilegios... y no estamos en tiempos de tolerar privilegios.
 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD