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Vecinos que prefirieron no comprar la garrafa social, otros que llegaron ya anoticiados de la suba y algunos que se enteraron en ese momento del aumento del precio y se mostraron sorprendidos pero igual pagaron con resignación . Ese fue el panorama que se vivió ayer en la zona sudeste de la capital salteña, donde estuvieron los camiones de programa oficial que distribuye los cilindros. El precio de la garrafa de 10 kilos escaló a 300, es decir, 85 pesos más que antes.
El día gris y lluvioso no acompañó la jornada. Las calles estaban cubiertas de barro. Ningún vecino se acercó al camión que llegó a Villa Lavalle. El vehículo estaba cargado con 68 cilindros. Unas ocho personas pagaron la garrafa en Santa Cecilia. La venta fue mayor en El Circulo I, con unos 10 compradores.
Gonzalo Ortiz, un vecino del barrio Boulogne Sur Mer que se desempeña como herrero, llegó a las 10 al CIC de Santa Cecilia a bordo de su motocicleta en busca de una garrafa social del camión, pero optó por no llevarla. "No la voy a comprar porque subió bastante. Si la tengo que conseguir por aparte está casi lo mismo, incluso 10 o 20 pesos menos, aunque también están los que especulan y te la quieren vender a 350 pesos o más", expresó.
Su familia está compuesta por cuatro integrantes y el cilindro, según lo que se utilice, puede durarle de 15 a 20 días pero no más de ese tiempo.
"Era sabido que iba a subir tanto porque día a día todo viene subiendo, desde la comida hasta los servicios", agregó.
Una vecina del barrio Siglo XXI, Norma Díaz, contó que no tuvo otra alternativa que pagar más.
"No queda otra. Hay gente en el barrio que te vende la garrafa común a 360 pesos, así que me conviene seguir comprándola al camión", dijo.
En el Círculo I
Tras la distribución en el barrio Santa Cecilia, el camión se dirigió al barrio El Círculo I. Allí lo esperaba Raúl Olivera, que vive en el asentamiento Santa Mónica y trabaja como albañil, pero tampoco pudo comprar.
"El aumento es una locura. Estoy en desacuerdo. Todo sube y uno ya no puede ni ahorrar. Hay que medirse en todo", expresó el trabajador.
Luisa Saiquita, del barrio El Círculo I, en cambio, sí compró la garrafa social. "Las cosas aumentan pero lo mismo hay que comprar porque necesitamos. Esa es la realidad", manifestó.
Por su parte, otro vecino, Ángel Vega, recalcó: "Nosotros no tenemos la culpa. Esto viene de arriba de la escalera. Lamentablemente el pueblo paga los platos rotos. Desde que existe la garrafa social yo vengo a comprarla y sigo".
Gabriela Figueroa, otra vecina, se mostró sorprendida ya que se enteró del aumento de la garrafa social al momento de comprarla. "Me gustaría que la cobren menos pero en los barrios hay gente que te la vende más cara. A mí me dura un mes. Somos cinco con mis hijos chiquitos", contó.
Información
El secretario de Participación Ciudadana y Relaciones con la Comunidad de la Provincia, Horacio Sansone, informó que "desde la semana pasada un funcionario del Ministerio de Gobierno les fue informando a los vecinos los motivos del aumento y quienes lo establecieron".
Al precio de la garrafa social lo fijó la Secretaría de Energía de la Nación, en acuerdo con la Cámara Argentina de Distribuidores y Fraccionadores de GLP (gas licuado de petróleo), la semana pasada.
Sansone sostuvo: "Hasta el 2010 había tres empresas distribuidoras de las garrafas. Desde el gobierno provincial incentivamos a que se instalen más y dos más se sumaron: Amarilla Gas e Hipergas y trajeron más productos, con lo cual existe más oferta en el mercado".
"El precio en los comercios no se dispara y ya no hay extensas filas como años atrás, ni problemas de abastecimiento. Garantizamos la provisión en toda la provincia", manifestó.