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1 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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¿Andá a lavar los platos?

Sabado, 22 de agosto de 2020 01:54
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Hablando de "volver a la normalidad" yo me pregunto ¿Seguro queremos volver a nuestra vida anterior? Añoramos eso... o es que estamos romantizando un pasado que pintamos color rosa, al mejor estilo kistch. Antes de la pandemia, en Salta morían 18 personas por mes en siniestros fatales (datos de 2018 del Observatorio Nacional Vial). Como se puede sospechar, durante la pandemia se redujo notablemente ese número registrándose solo 4 víctimas fatales en el mes de mayo.

Esta disminución de las muertes por causa de siniestros viales fue provocada por la disminución de la circulación en contexto de confinamiento. Aun así, la gran mayoría de esos siniestros y sus consecuencias en morbilidad y mortalidad son evitables.

Tanto es así que varios países y ciudades han desarrollado políticas audaces bajo la premisa de cero muertes o lesiones permanentes por siniestros viales. Campañas internacionales adoptadas por algunos países y ciudades, como Visión Cero, lejos de ser una utopía han alcanzado el objetivo. En Oslo, con 673.000 habitantes, el año pasado hubo una sola víctima de tránsito. El gobierno de esa ciudad lo adjudica a la inversión para facilitar el uso de bicicletas. Tiene sentido, si volvemos a la provincia de Salta, solo 5% de las muertes de usuarios de vías de tránsito en 2018 fueron ciclistas; la gran mayoría, motociclistas y automovilistas. El tipo de transporte marca notablemente la diferencia, no así, como podría sospecharse la luz del día y la noche. Contrariando el imaginario popular, el 50% de los siniestros se produce con luz diurna y 50% con luz nocturna.

Si 219 personas, 3 cada 5 días, fallecidas no es suficientemente alarmante, la cantidad de heridas/os en 2018 asciende a 5.266. De los cuales 135 fueron heridos de gravedad, con alta probabilidad de padecer secuelas permanentes. Suecia fue el primer país (­en 1997!) en promulgar una política llamada Visión Cero entendiendo que ningún ser humano debe morir o sufrir lesiones graves como resultado de un accidente de tránsito. En Salta, los accidentes de tránsito son la segunda causa de muerte en los jóvenes de 15 a 24 años y la primera en los de 25 a 34. A la vez, la mayoría (47%) de las víctimas fatales están dentro de este grupo de edad. Si bien a las mujeres nos mandan a lavar los platos ante una maniobra errática, son los hombres quienes lideran las estadísticas de heridos y víctimas fatales. Esto es, 9 de cada 10 víctimas fatales y 2 de cada 3 heridos son hombres.

Los gobiernos deben diseñar acciones tendientes a reducir esta causa de muerte. Sin temor a equivocarme, puedo decir que en Salta cualquiera maneja. Yo misma a mi no poca edad de 31 años saqué mi primer carnet de conducir durante la pandemia. Bastó con "atinarle" a 8 de 10 señales viales para obtenerlo. Nadie me instruyó sobre cómo usar las luces, quién tiene prioridad en ciertas situaciones, por cual carril debo conducir. Queda todo librado al sentido común, al conocimiento vulgar. Existe un exceso de confianza en la responsabilidad de las/los conductores. Conducir en Salta es una cuestión de fe. Fe en el buen criterio de las y los ciudadanos al vo lante.

Ahora bien, también es responsabilidad de cada una/o lograr el ambicioso pero alcanzable objetivo de muertes cero. Vayamos hacia una nueva normalidad revisándonos como usuarios de las calles de Salta. Evitando prácticas riesgosas como conducir a alta velocidad o bajo la influencia del alcohol; no utilizar el cinturón de seguridad, casco o sistemas de retención infantiles; no respetar a los usuarios vulnerables (peatones y ciclistas); desatender el estado del vehículo o el estado de sus dispositivos de seguridad.

 

 

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