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Unos 20 propietarios de boliches del interior y de la capital salteña, mantuvieron una reunión en Güemes, para consensuar acciones tendientes a lograr que el Gobierno provincial autorice una completa reapertura de sus bailables.
Luego de permanecer más de un año con las persianas bajas, el pasado fin de semana hubo una autorización para el regreso de los boliches, pero con una aforo del 50% y un horario de cierre fijado para las 2 de la mañana.
Todo esto, sumado a un complejo protocolo que se debe cumplir, como la solicitud del carné de vacunación.
No todos tomaron la decisión de abrir las puertas de sus locales bajo estas condiciones y quienes lo hicieron se toparon con una realidad que era previsible: la presencia de jóvenes y clientes solo alcanzó, en el mejor de los casos, al 20% de la capacidad autorizada.
"No podemos trabajar con un horario de cierre fijado sobre la hora en que los jóvenes estaban acostumbrados a ingresar", manifestó Rodrigo del Pino, propietario de Reina Loba, un boliche de Güemes.
A contramano de la costumbre
La rutina de los fines de semana entre las personas que en forma regular asistían a disfrutar de un boliche, comenzaba alrededor de la una de la madrugada con una previa en una confitería, en los alrededores de la plaza o simplemente circulando en un automóvil.
El ingreso al boliche se producía entre las 2 y las 3 de la mañana, teniendo a las 5 como horario de cierre. Solo algunas mujeres llegaban antes de las 2 para verse beneficiadas con el ingreso gratuito.
"Tal como expresaron mis colegas durante la reunión, nos vamos a transformar en la previa de las fiesta clandestinas, porque cuando salgan del boliche tan temprano se van a ir hasta esos lugares inciertos donde no hay control, donde ya hubo serios incidentes y donde se exponen a varios riesgos".
El pedido específico de los bolicheros es que se amplíe el horario de cierre, el resto de las exigencias como la aplicación de un protocolo, la toma de temperatura, el pedido del carné de vacunación, además de las severas inspecciones a sus negocios se van a respetar, pero si no pueden abrir más allá de las 2 entonces la única opción es mantener los negocios cerrados.
"Queremos ser reconocidos nuevamente como boliches no como una confitería o un pub, es inadmisible cerrar a las 2 de la madrugada", aseguró Del Pino, para quien los boliches autorizados son el lugar más seguro para los jóvenes. "Contamos con todos los controles requeridos, con la presencia de personal municipal y de personal policial, cada participante se encuentra protegido por un seguro que adquiere junto con la entrada, algo que no existe en las fiestas clandestinas", resaltó.
La Provincia "nos pidió que colaboremos con la vacunación de los jóvenes exigiendo el carné, pero si nos habilitan a medias como este horario que no nos sirve, no vamos a ser una opción para colaborar con la vacunación, porque los jóvenes no van a venir, necesitamos que el horario de cierre sea a las 5 de la mañana", enfatizó Del Pino.