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Al menos ocho personas murieron en un bombardeo a Kiev ocurrido ayer, constató la prensa ucraniana, en momentos que las fuerzas rusas intentan rodear la capital ucraniana.
El ataque ocurrió en el centro comercial Retroville, en el noroeste de Kiev, que fue golpeado por una bomba que pulverizó los vehículos estacionados en el lugar y dejó un cráter abierto de varios metros de largo.
Además de los daños a personas y al centro comercial también se vieron afectados decenas de vehículos en un aparcamiento adyacente, después de que las tropas rusas lanzaran un ataque sobre la zona, según han explicado los servicios de emergencias de Kiev en un comunicado.
Un total de 63 bomberos y 11 unidades están trabajando en la extinción de las llamas, que habrían llegado hasta el tercer y cuarto piso del centro comercial, según ha explicado la Dirección Principal del Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania en Kiev en un comunicado.
"Como resultado del bombardeo enemigo, se produjo un incendio en el estacionamiento y en el centro comercial (...). Las unidades de bomberos y rescate más cercanas llegaron al lugar de los hechos inmediatamente. A su llegada, los combatientes establecieron que como resultado del bombardeo (...) cuatro personas murieron y una resultó herida", detallaron.
Los bomberos trabajaron iniciando las tareas de extinción del fuego, que se han extendido en un área total de 1.500 metros cuadrados.
El alcalde de Kiev, Vitaliy Klitschko, anunció que fueron varias las explosiones en el distrito Podilskyi de la capital ucraniana, donde una persona murió tras las explosiones.
Las explosiones afectaron al barrio de Podil de la capital ucraniana, incluyendo zonas residenciales y comerciales, dijo Klitschko. El barrio de Podil forma parte del distrito de Podilskyi, más amplio, de la ciudad, y las detonaciones alcanzaron "algunas casas y el territorio de uno de los centros comerciales".
También a través de Telegram, Klitschko dijo que los socorristas están trabajando a full para controlar el desastre del incendio provocado en uno de los centros comerciales más grandes de la capital.
Ataques a la población
Más temprano, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky denunció un nuevo "acto de terror" tras el bombardeo de una escuela en Mariúpol. Los bombardeos, en particular sobre la ciudad portuaria asediada de Mariúpol (sureste), cuyas calles están llenas de cadáveres, según los testigos, se producen en un momento de dificultades en las negociaciones, aunque Turquía dijo el domingo que las partes estaban "cerca de un acuerdo".
"El edificio ha sido destruido y la gente todavía está bajo los escombros", indicó el ayuntamiento. Infligir "algo así a una ciudad pacífica (...) es un acto de terror", dijo Zelensky, denunciando un "crimen de guerra". El cónsul general de Grecia en Mariúpol, Manolis Androulakis, el último diplomático europeo que quedaba allí, dijo a su regreso a Atenas que la ciudad asediada "pasará a engrosar la lista de ciudades del mundo completamente destruidas por la guerra, como Guernica, Stalingrado, Grozni o Alepo".