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Con 61 años, Nelson Marcelo Gutiérrez, no borra de su memoria los 72 días que estuvo en el llamado “teatro de operaciones” de la guerra por las Islas Malvinas con Gran Bretaña.
Con imágenes que retornan nítidas a su memoria, Nelson recupera una parte crucial de su vida y va rearmando un enorme rompecabezas de lo que fue su experiencia personal, frente a frente con el enemigo. Así, su mirada se pierde en la nada y va relatando esa vivencia que lo marcó para siempre desde sus jóvenes 21 años, cuando se desempeñaba como buzo táctico del Ejército.
Entre esas piezas todavía tiene latentes los 5 días que estuvo prisionero, y el primer día que tuvo que disparar contra la tropa británica.
Gutierrez recorre el Cenotafio en homenajes a los 35 salteños caídos en esta guerra del Atlántico Sur. Considera que no fue en vano aquel sacrificio, que debe conservarse con respeto y dignidad. “Con el correr de los años me doy cuenta que aquel sacrificio significó defender lo que siempre fue nuestro. Muchos eran jóvenes y no entendían nada. Sin embargo aquellos que teníamos carrera en la fuerza sabíamos que teníamos que dejar todo por nuestra patria” cuenta el excombatiente.
El 4 de junio fue un día complicado en las islas. Ese día debí disparar en combate, éramos nosotros o ellos.
Al lado del cenotafio de Campo Quijano, Gutierrez nacido y criado en Rosario de Lerma recuerda esos días y las imágenes vuelven con una claridad asombrosa y una cronología impecable.
“Yo me ofrecí como voluntario para ir a las Islas Malvinas. Tenía dos años en la fuerza. Era de la agrupación de buzos tácticos. Luego de Malvinas me retiré en el año 85’. Los 72 días que estuve en Malvinas son imborrables”, afirma.
Recuerda el 1 de mayo con el inicio del fuego en la guerra; y el 4 de junio como un día complicado en su vida.
“Ese día debí disparar en combate, éramos nosotros o ellos. Esa jornada cayeron al lado mío varios soldados argentinos. Al finalizar el ataque que sufrimos, podíamos levantar y sacar del campo de guerra a los heridos. Los muertos teníamos que dejarlos, esa era la orden”, afirma Nelson.
Ese recuerdo inmortaliza a los caídos en combate. Por eso, el cenotafio de Campo Quijano tiene un aire de Malvinas como explica el excombatiente Gutiérrez. “En todos los pueblos debería haber un monumento como este cenotafio de Quijano. Todas las cruces que representan a los salteños caídos en Malvinas. Es un espacio de respeto y silencioso recuerdo”.
No quería entregar el fusil
A pesar que la rendición fue un 14 de junio, Gutierrez con la tropa siguió combatiendo hasta el 19 de junio en Montes Dos Hermanas. “Nosotros no sabíamos del final de la guerra. Ese día fuimos rodeados por los británicos. Hasta que nos dimos cuenta que estamos cercados no dejamos de disparar. Yo no quería entregar mi fusil que me acompañó en esos días. Nos rendimos y luego de cinco días de prisionero de guerra volvimos al continente”, recuerda Nelson.