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El colectivo de Pocho dio su última vuelta por las calles del pueblo

Vecinos y pasajeros emocionados se despidieron del “Pocho bus”. Fue el primer transporte de la ciudad Termal y en 30 años de servicio, llevó a la escuela a varias generaciones de alumnos.
Viernes, 01 de abril de 2022 02:03
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Este miércoles por la tarde, los servicio del colectivo de Pocho llegaron a su fin. Decidió dar su última vuelta por la Ciudad Termal junto a vecinos y pasajeros de toda la vida.

Cabe señalar que el colectivo de don Pocho Romano fue el primer transporte de la ciudad y en más de treinta años de servicio, pasaron generaciones enteras de alumnos de la primaria y de la secundaria que iban a las escuelas de Rosario como así también a las escuelas rurales de la zona.

A lo largo de los años, estuvo presente en todas y en cada una de las fiestas patronales del sur de Salta, en las elecciones estudiantiles de la reina, en los diversos viajes de estudio y en las elecciones electorales, incluso el exgobernador Juan Carlos Romero, también estuvo a bordo del Pocho bus tiempo atrás en un paraje del interior de Rosario de la Frontera.

"Nuestro colectivo brindó sus servicios a toda la comunidad de Rosario de la Frontera por más de treinta y cinco años", expresó Pocho a El Tribuno, minutos antes de emprender la "última vuelta".

A su vez comentó que el transporte seguirá funcionando a través de nuevos dueños, cuyo servicio se seguirá brindando para los alumnos de la escuela rural de San Felipe.

"Si bien el cole hoy se jubila conmigo, seguirá transportando con sus nuevos dueños a los chicos de la primaria y secundaria de la escuela de San Felipe. Son alrededor de cuarenta chicos, que sin el colectivo no podrían estudiar. De hecho, desde esa misma escuela supimos transportar a tres generaciones de alumnos, lo bueno es que a partir de hoy va a quedar en manos de una profesora ya que no hay quien los transporte", señaló Pocho.

Por todos lados

Entre tantos recuerdos, Pocho indicó: "A todas las chicas de Rosario de la Frontera que salieron reinas, las llevé a Orán, a Tartagal y a la capital salteña, o sea, el colectivo anduvo mucho en todos estos eventos escolares, con los cursos enteros, viajábamos durante horas hasta llegar al lugar de los eventos".

"De igual manera, supimos transportar a los vecinos cada vez que había votaciones, recuerdo que trabajamos durante toda la campaña peronista, de hecho hasta el ex Gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, también se subió a nuestro colectivo para dar una entrevista cuando estaba de visita por la segunda sección. Por acá han pasado estudiantes, vecinos en general y autoridades políticas. Estuvimos en cada fiesta religiosa, Patronal y trasportando a los gauchos del sur de nuestra provincia", recordó y agregó: "Por eso es que yo estoy muy agradecido con toda la gente de Rosario de la Frontera que supo confiar en mi trabajo a lo largo de tantos años. Gracias a esta confianza pude vivir de eso".

Marta, a puro corazón

Una vez a bordo del colectivo de Pocho para dar la última vuelta, Marta Moroni, esposa de Pocho, expresó: "He pasado toda una vida trabajando acá y cuidando a cientos de niños que para mí, eran como mis hijos. Aprendí a quererlos a todos y a cada uno de ellos y creo que es mutuo porque hasta el día de hoy, ellos me recuerdan con mucho cariño".

"Es bastante melancólica esta despedida ya que como dije, he pasado toda una vida trabajando y aunque muchos piensen que es un fierro viejo, tiene muchas historias y muchas cosas que hemos compartido arriba de él", dijo Marta con profunda emoción.

Claudia Romano, una de las hijas de Pocho, agregó: "Es una mezcla de sentimientos; emoción pero también tristeza porque son muchos años arriba de este colectivo. Prácticamente nos hemos criado acá y hemos compartido cientos de viajes y de anécdotas".

Cecilia, otra de las pasajeras recordó: "Vine a dar la última vuelta para recordar mi infancia ya que desde los cinco años que yo ya andaba en este colectivo, toda la primaria fui a la escuela en el Pocho Bus. Es hermoso estar acá y poder cerrar una etapa, gracias al colectivo de Pocho, cuando era chica, conocía todo el pueblo".

“Millones de anécdotas” le quedan a Pocho

Sin dudas, en treinta y cinco años de servicio, el colectivo de Pocho fue testigo de millones de anécdotas que quedarán para siempre en la mente de los miles de pasajeros que estuvieron a bordo.
“Los chicos de jardín de infantes, fueron los que más alegrías me dieron. Ellos después que se bajaban, llegaban a sus casas y jugaban al transporte, todo que se hablaba a bordo, luego ellos lo repetían en sus hogares”, recordó. En sus inicios, mientras Pocho conducía, su esposa Marta, se encargaba del cuidado de cada uno de los alumnos. Señaló: “Nunca anduve solo en el colectivo, mientras yo manejaba, ella los cuidaba. Había que estar pendientes de que entraran a las escuelas, como así también a la salida, firmes afuera de los establecimientos hasta que subía el último pasajero. Era un trabajo que implicaba muchísima responsabilidad porque los padres nos entregaban a sus hijos, lo más preciado”. 
En cuanto a la última vuelta, expresó: “Me pone bastante triste, me cuesta desprenderme pero a la vez, ya necesito descansar luego de tantos años de andar”.


 

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