Son más de 2 millones de personas en todo el mundo las que reciben tratamiento de reemplazo renal con diálisis o con un trasplante de riñón y muchas más lo necesitarían pero no lo reciben, indicó en un comunicado, la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN).
En la Argentina, 1 de cada 8 personas padece algún grado de Enfermedad renal crónica (equivale a casi 5 millones de personas) y se estima que sólo 1 de cada 10 lo sabe.
“La mejor inversión para evitar la enfermedad renal es la prevención”, indicó el Dr. Mario Espeche, presidente de CEPRIDIASA. Lo que debe primar, explicó, en una política de prevención en salud renal es la “inteligencia” entre la promoción de hábitos alimenticios, higiénicos, la correcta hidratación y la promoción de actividades físicas.
Calidad y profesionalismo
“Muchos aspectos de los tratamientos de diálisis no se conocen, sobre todo la elevada calidad técnica para poder lograr calidad farmacopea” indicó el facultativo. “Las dificultades intrínsecas de nuestro país impiden conseguir estándares mínimos de agua para poner en contacto con la sangre de un ser humano, no es fácil”. Para alcanzar el preparado del producto final se implementan innumerables controles: verificación de agua de red, de conductividad, de carga iónica, entre otras.
El agua es procesada durante toda la noche en cada centro de diálisis, “logramos una concentración similar a la del plasma para que el organismo del paciente no sufra durante el filtrado de la sangre”.
El tratamiento es muy complejo y por ello tiene que estar en manos de profesionales muy formados. Los centros reunidos en CEPRIDIASA disponen además de la tecnología de punta para garantizar la calidad del tratamiento. “Cualquier emprendimiento o el mismo Estado lo debe hacer bajo los mismos estándares de calidad que se le exigen a los privados y que están previstos en la Ley Nacional de Diálisis”, indicó el presidente de la asociación.
Salud integral y cooperación
Por otra parte, sabido es que la salud implica sanidad corporal y psíquica. Muchos pacientes viajan entre 4 mil y 5 mil kilómetros por mes para poder dializarse pero para llegar a cada centro, no como forma de esparcimiento. “Propiciamos que los pacientes puedan viajar y no se sientan atados a su localidad. Eso se logra gracias a la comunidad asociativa de la entidad que prevé que los pacientes puedan dializarse en otro centro con libertad y sin demasiados trámites en Salta o en la Argentina a través de las ocho asociaciones dentro de nuestro país”.
Otra forma es dar seguridad. Con el servicio de ambulancia, prestado y financiado por las unidades de diálisis “intentamos respaldar a nuestros pacientes y tengan mejores chances de sobrellevar una enfermedad o cualquier vicisitud que surja y que son muy comunes durante el tratamiento” indicó Espeche.