inicia sesión o regístrate.
Flavio Gerez, Dr. en Física y músico
___________
La ópera "Rienzi, el último de los tribunos" marcó un hito en la carrera de Richard Wagner (1813-1883), asegurando su estabilidad financiera y consagrándolo como compositor. Basada en la novela de Edward Bulwer-Lytton, fue estrenada en Dresde en 1842. Cuenta la historia, con no pocas licencias literarias, de Cola di Rienzi, un tribuno romano del siglo XIV. La trama gira en torno a su ascenso al poder, su caída y su trágico final a manos del mismo pueblo que lo había apoyado.
Esta ópera, no obstante, es considerada hoy día como una singularidad en la producción wagneriana puesto que está anclada en la "grandeur" del estilo francés de ópera y entrelazada con una notable influencia italiana. Sin embargo, el tratamiento de los temas deja ver claramente la transición del compositor hacia lo que se transformaría en una de las fuerzas creativas más originales de la música clásica.
La obertura de esta ópera, que interpretó la Orquesta Sinfónica de Salta, fue compuesta una vez concluidos los cinco actos que tiene. El tema principal, introducido por los violines, en el compás 18, se corresponde con el de la bellísima oración de Rienzi del quinto acto, "¡Señor todopoderoso, mírame!", precisamente en el párrafo en donde dice "Me fortaleciste, me diste gran fuerza". Este motivo musical, con esta poderosa carga emocional, lo repiten los distintos grupos instrumentales, anticipando al oyente lo que escuchará cuatro horas después en la voz del tenor que canta el aria. La guerra entre Rienzi y la oligarquía liderada por los Colonna se manifiesta a través del llamado inicial de la trompeta y de la fanfarria posterior. Desafortunadamente, el manuscrito original se perdió en el búnker de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, ya que era la ópera favorita del Führer. A pesar de esto, las partituras posteriores que se utilizan en la actualidad muestran un gran detalle en términos de articulación, reguladores y tempo, reflejando la complejidad estética del compositor y esa transición estilística de su propia música.
La interpretación del maestro Gonzalo Hidalgo de esta partitura mostró una gran personalidad sonora manifestada a través de una gran diversidad tímbrica, aunque algunos, entre los que me incluyo, pueden haber sentido que faltaba la exquisitez estética esperada. Aun así, debo destacar la diversidad rítmica propuesta, tal vez como recurso expresivo, y la quirúrgica precisión gestual del maestro Hidalgo que evitó que todas las diversidades propuestas se descontrolen.
La Sinfonía n.º 1 en re mayor de Gustav Mahler (1860-1911) fue compuesta principalmente entre finales de 1887 y marzo de 1888, aunque incorpora música que Mahler había compuesto para obras anteriores. La obra fue estrenada en 1889 en Budapest, pero no fue bien recibida. Mahler realizó importantes revisiones para la segunda presentación en Hamburgo en 1893 y luego en los años previos a su primera publicación en 1898. El título "Titán" ha sido utilizado en algunas interpretaciones y grabaciones modernas, aunque Mahler solo usó esa etiqueta en dos presentaciones tempranas y nunca después de que la obra alcanzara su forma definitiva de cuatro movimientos en 1896.
La sinfonía tiene cuatro movimientos, con la estructura de un scherzo y trío en el segundo y una marcha fúnebre en el tercero. Originalmente, había un quinto movimiento llamado "Blumine", que Mahler posteriormente descartó. La sinfonía también incorpora material de canciones que Mahler había compuesto, lo que muestra su innovación al incorporar el género del lied a la sinfonía. Mahler eliminó los programas explicativos de la sinfonía después de la interpretación de 1896 en Berlín. Aunque las conexiones entre el ciclo de canciones y los elementos programáticos de la sinfonía son evidentes, la interpretación de los significados que Mahler pretendía transmitir es un tema de debate y subjetividad. La incorporación de elementos del lied en la sinfonía trae a colación cuestiones sobre la relación entre lo programático y lo universal en la música sinfónica.
El maestro Hidalgo buscó generar un ambiente que captara nuestra atención ya desde el ppp inicial, siguiendo la misma lógica que había presentado en Rienzi y, aunque su versión de la sinfonía no fue tan perfecta técnicamente, condujo a momentos culminantes de gran impacto emocional y un final que no dejó indiferente al público del Teatro Provincial, un teatro que nuevamente volvió a tener el pullman casi vacío y los palcos y plateas, a un 60-65% de su capacidad. Esto es lo que ocurre cuando se programan conciertos en miércoles que no son vacaciones o vísperas de feriados. Esperemos que aquellos responsables de estas cuestiones tomen debida nota y comprendan el gran esfuerzo que representa preparar cada concierto.
La nota feliz de la velada fue la presentación uno a uno de los refuerzos instrumentales que había tenido la Sinfónica para enfrentar este repertorio tan arriesgado y comprometido que resultaron ser jóvenes miembros de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de Salta.