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A nivel nacional, el sector privado plantea una nueva agenda, que incluye una producción más sostenible y la necesidad de la educación financiera para la población. Así coincidieron directivos de diferentes empresas en la 44° Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
En el encuentro que se lleva a cabo en la ciudad chubutense de Puerto Madryn, los empresarios y ejecutivos disertaron en una serie de paneles sobre finanzas sostenibles, inclusión financiera y el trabajo en red.
Gabriela Saavedra, directora independiente y presidente del Comité de HSBC Bank Argentina, dio a conocer un relevamiento en América Latina que muestra no sólo el escaso nivel de inclusión financiera de la población, sino también la diferencia entre tenencia y uso de las tarjetas de crédito y débito.
Respecto de la Argentina, si bien sostuvo que "en la foto estamos bien", remarcó que "se necesita trabajar en políticas públicas que lleven a promover el ahorro", ya que "una sociedad con cuentas bancarias puede planificar mejor sus gastos", mientras que del lado de la oferta, los bancos deben "trabajar en productos y tecnologías para que la gente tenga menos dificultades".
Jorge Diehl, director de Finanzas de Aluar, destacó el desarrollo de la energía eólica en la provincia de Chubut, con una capacidad de 1.000 MW (Megavatios), aunque advirtió que la actividad choca con el límite que le marca la falta de una infraestructura adecuada en materia de transporte.
"El año que viene vamos a cumplir 50 años de la primera colada de aluminio y hoy no sólo abastecemos totalmente al mercado local sino que exportamos a destinos tan exigentes como Japón y la Unión Europea", destacó.
La importancia de las energías renovables para una empresa como Aluar, insistió Diehl, radica en que "la planta (de producción de aluminio) hoy consume más energía que la ciudad de Córdoba".
Asimismo, señaló que cuando la compañía se instaló en Puerto Madryn la localidad contaba con apenas 5.000 habitantes, pero desde entonces "a partir de una buena articulación entre los sectores público y privado se transformó en una de las dos ciudades con mayor crecimiento demográfico de la Argentina".
Por su parte, José Bandín, ejecutivo de Santander Argentina, recordó los primeros intentos de la entidad por instalarse em zonas desfavorables, em el marco de una política de inclusión de sectores socialmente vulnerables.
"En el barrio La Juanita, en La Matanza, tuvimos que buscar una calle asfaltada para que pudiera entrar el camión de caudales; además, priorizamos la contratación de empleados que vivieran en el lugar, ya que los habitantes desconfiaban de financiarse con personas o entidades de afuera", indicó.
En la actualidad, señaló, Santander "tiene ocho sucursales en barrios carenciados y conseguimos 60.000 clientes nuevos de esos barrios", lo que llevó a un cambio en la relación con los clientes, como ser "el financiamiento de cosas básicas, como la licuadora o la planchita del pelo".