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24 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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¡Al fin la boleta única en papel !

Jueves, 03 de octubre de 2024 02:06

A pesar de la opinión contraria de algunos escépticos, el Congreso finalmente aprobó el proyecto de ley para implementar la boleta única. El sistema de votación del Código Electoral Nacional estaba agotado desde hace mucho tiempo, pero su modificación tan necesaria venía postergada por intereses de sectores mezquinos aferrados al pasado. Sólo el apego a una forma feudal y clientelista de hacer política, la picardía, la viveza criolla o la mala fe, ligada a fines opacos, explica la demora de un cambio legal que tarde o temprano se abriría paso inexorablemente.

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A pesar de la opinión contraria de algunos escépticos, el Congreso finalmente aprobó el proyecto de ley para implementar la boleta única. El sistema de votación del Código Electoral Nacional estaba agotado desde hace mucho tiempo, pero su modificación tan necesaria venía postergada por intereses de sectores mezquinos aferrados al pasado. Sólo el apego a una forma feudal y clientelista de hacer política, la picardía, la viveza criolla o la mala fe, ligada a fines opacos, explica la demora de un cambio legal que tarde o temprano se abriría paso inexorablemente.

Un sector político buscaba desde hace años mantener el status quo con reglas probadamente anacrónicas, sin que medien argumentos sólidos en su defensa. Algunos interpretan que esa intención era por sí sola demostrativa de que hubo quienes se beneficiaron o sacaron ventaja (como en el conurbano bonaerense) de las deficiencias del sistema para obtener provecho sectorial en un asunto en el cual sin duda debe prevalecer la grandeza de los gobernantes en pos de los valores más supremos de la Nación. Esto, aun dando razón a quienes sostienen que ningún sistema electoral es neutro.

No se trata solamente de montar la ola del modernismo, reemplazando reglas probadamente anticuadas por unas novedosas que confiamos que van a funcionar mejor. Va mucho más allá de eso. Las innovaciones tecnológicas progresivamente ya contribuían a mejorar el sistema, por ejemplo: con la incorporación de la foto del elector en el padrón, el nuevo DNI mucho más difícil de adulterar, la transmisión rápida y segura de datos como los del telegrama de mesa, la publicación de las candidaturas en la red, etc.

La reciente aprobación parlamentaria de la boleta única en papel constituye un hecho relevante en el camino esperado que viene a saldar una deuda contraída ante la sociedad civil. En adelante, me referiré solamente a esta reforma, y no a la eliminación de las PASO o la implementación de la "ficha limpia", porque son asuntos complejos que requieren otra clase de análisis.

Un proyecto de enero buscó incorporar el sistema de votación uninominal por jurisdicciones, que eliminaría la denostada "lista sábana" aunque abre la puerta a la peligrosa "unanimidad oficialista"; afortunadamente fue dejado de lado. Los antecedentes en el país dejaron malas experiencias (leyes N° 4161 de 1902, con Julio A. Roca y Joaquín V. González, y 14.032 de 1951, con Juan D. Perón y Borlengui). La reprochable iniciativa sólo puede atribuirse a algún trasnochado que sin conocimiento de causa le llevó al presidente. Después se hizo pública una reunión de funcionarios con los jueces de la Cámara Nacional Electoral que puso en evidencia el nivel de improvisación e inexperiencia de representantes de la nueva gestión, desconocedores inclusive de la jurisprudencia del Tribunal y de la Corte Suprema.    

Después de mucho trajinar con distintos proyectos, comisiones y dictámenes varios, y etapas de cajoneo y adormecimiento, considero apropiada y oportuna (año no electoral) la reforma del sistema de votación, con la decisión final de la eliminación de un casillero para el voto por lista completa. Aunque el gobierno en funciones posee una raquítica representación parlamentaria, la maduración de tan relevante cuestión había alcanzado un punto de no retorno. Con las experiencias positivas de tres provincias y más de una década de elecciones distritales exitosas, y dando por hecho su promulgación por el Poder Ejecutivo, adoptamos por consenso el sistema electoral que reclaman la Cámara Nacional Electoral y organizaciones especializadas desde hace años.

Es oportuno reiterar los beneficios de la boleta única impresa en papel, no por los partidos o alianzas sino por las imparciales autoridades de la elección: mayor transparencia, simplificación, seguridad, menor riesgo de maniobras amañadas o tramposas, más accesibilidad y equidad (porque asegura al elector la existencia de la totalidad de la oferta electoral dentro del cuarto oscuro), sobre todo para partidos con menores recursos humanos y económicos, e inferior costo económico. Con su vigencia, nos olvidaremos de problemas que increíblemente subsisten al día de hoy: la impresión de boletas apócrifas del adversario (para provocar la nulidad del voto), la sustracción y destrucción de papeletas en el cuarto oscuro, con la consiguiente necesidad de su revisión constante y su reposición, el llamado voto en cadena, el control minucioso y corrección de los modelos de boletas previo a su aprobación, el apuro en su impresión y presentación ante la Justicia o la facilitación de las tareas de fiscalización. Con fecha 8 de julio del corriente año, El Tribuno dio cuenta de un acuerdo conciliatorio suscripto por la Fiscalía Penal N° 1 a cargo del Dr. Toranzos y luego homologado, por el cual se sancionó a dos infractores en las últimas elecciones nacionales, uno por romper boletas, y otro por compeler a votar de determinada manera. Descartaría también la multiplicación de listas (conocidas como "sellos de goma") cuyos precandidatos o promotores son conscientes de una absoluta falta de representatividad, tal como lo denunció en su momento la jueza María R. Servini, con la sospecha ínsita de que persiguen el cobro del dinero que el Estado provee para la impresión de boletas y para la campaña electoral. Un eventual aprovechamiento o negociado ilícito que entiendo que ya es objeto de investigación judicial.    

Para concluir, después de leer que otras provincias siguen con atención el proceso legislativo nacional para rever sus propios regímenes autonómicos, me pregunto: Salta, ¿quo vadis? Con la particularidad de la implementación de elecciones desdobladas por más de una década, con las PASO y la boleta única electrónica, últimamente caídas en desprestigio y tal vez en retirada, hubiera recomendado abrir el juego al diálogo y al debate con mayor anticipación. En una nota del 29/04/2022 publicada por este diario, el ministro Dr. Villlada declaró que las PASO (suspendidas en 2021 y 2023) tenían "un nivel de crítica que no es nuevo", y realizó un repaso de la boleta en papel de Santa Fe y de Córdoba. Más tarde, no tengo conocimiento que el asunto, a pesar de su relevancia, esté en agenda de funcionarios y legisladores que parecen guardar receloso silencio, lo que daría pie para otra nota, más específica.

 

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