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¿Los seres humanos vamos hacia el transhumanismo?

Desde la perspectiva de un hombre del siglo XX, creo que la IA Generativa plantea interrogantes que van desde la desolación hasta la fascinación.
Sabado, 13 de diciembre de 2025 00:59
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La vertiginosa dinámica de la tecnología inquieta y entusiasma por lo que ocurrirá en las próximas décadas. Es pertinente preguntarnos si el Homo Sapiens, el ser humano, tal cual lo conocemos hoy, puede mutar a un "poshumano" concebido con la IA, que nos lleve a un "transhumanismo". Filósofos, teólogos, intelectuales, ingenieros especialistas en tecnología digital, etc. debaten con desasosiego el tema. Se considera que vivimos la revolución más grande de la historia de la humanidad. Nos estamos convirtiendo en una nueva especie que integra biología y tecnología, al mismo tiempo que estamos generando la primera especie digital con la que vamos a convivir las próximas décadas (JDB).

Hay quienes, haciendo un análisis más cabal, sostienen que el Homo Sapiens no está mutando biológicamente debido a la inteligencia artificial (IA), pero sí hay cambios culturales, cognitivos y tecnológicos muy importantes que podrían influir indirectamente en nuestra evolución a largo plazo. La exposición constante a la tecnología e IA puede modificar nuestros hábitos mentales: atención, memoria, creatividad, toma de decisiones. Algunos científicos hablan de una "coevolución hombre-máquina", donde adaptamos nuestro cerebro a trabajar con sistemas inteligentes. Si la integración con IA avanza (por ejemplo, mediante implantes neuronales o edición genética guiada por IA), podríamos entrar en una etapa de "evolución dirigida", donde nosotros mismos diseñamos nuestros cambios. En ese caso, el Homo Sapiens podría transformarse en algo nuevo: algunos lo llaman Homo technologicus o posthumano.

El transhumanismo es una corriente filosófica y científica que explora cómo podemos mejorar nuestras capacidades humanas a través de la ciencia y la tecnología, particularmente con herramientas como la inteligencia artificial, la biotecnología, la nanotecnología y la ingeniería genética.

Creen que podemos llegar a un estado en el que la humanidad ya no se define sólo por su biología, sino por una mezcla de biología y tecnología avanzada. Por ejemplo, implantes cerebrales o dispositivos en desarrollo como los que Neuralink (de Elon Musk), con los que tratan de conectar nuestros cerebros directamente con computadoras. Esto permitiría mejorar nuestras capacidades cognitivas, como la memoria, el aprendizaje, la resolución de problemas e incluso la conexión directa con la inteligencia artificial. O también la Interfaz cerebro-computadora (BCI): una interfaz directa entre el cerebro humano y las máquinas que podría, por ejemplo, mejorar la velocidad de procesamiento mental o permitir el control de dispositivos solo con el pensamiento.

Algunos futuristas creen que sería posible "cargar" la mente humana en una computadora o una red, permitiendo la supervivencia más allá del cuerpo físico. Si esto ocurriera, los humanos podrían existir como entidades digitales que se liberan de las limitaciones del cuerpo biológico.

Todo esto suena asombroso y alarmante, pero el transhumanismo también plantea una serie de cuestiones éticas muy profundas. Muchos son los asuntos que deben contemplarse desde los derechos de la persona frente al Estado, cuando examinamos las derivaciones (posibles o hipotéticas) de la revolución tecnológica en el conjunto de los seres humanos. Si solo los más ricos o las élites tuvieran acceso a estas tecnologías, podríamos advertir una brecha aún mayor entre los que tienen acceso a estas mejoras y los que no. Habrá humanos comunes, inferiores, "tecnológicamente disminuidos" y post humanos.

¿Si los humanos dejamos de ser "humanos" en el sentido biológico, todavía seríamos nosotros mismos? Algunas personas creen que esta fusión con la máquina podría llevarnos a perder algo esencial de nuestra humanidad. Si los humanos se fusionan con la tecnología, ¿qué derechos tendría alguien que ha alterado su cuerpo de forma tan radical? ¿Sería considerado humano o algo más?

Por supuesto que hay voces muy autorizadas que cuestionan el "poshumanismo.

Éric Sadin, filósofo francés y ensayista contemporáneo, en conferencia en el Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires) en 2024 dijo que es muy grave el momento que vivimos. Nos cuesta captar esta gravedad. Apunta que el 30/11/22 es una fecha histórica, un terremoto causado por la irrupción del chat GPT a nivel mundial; por el giro intelectual y creativo que es la Inteligencia Artificial Generativa, un sistema tecnológico que se hace cargo o "le delegamos" nuestras tareas intelectuales y creativas. Una IA dotada de capacidades cognitivas y organizacionales.

No estamos dimensionando en su justa medida que estas tecnologías cognitivas, tienen un poder político, un poder prescriptivo. íQue no nos vendan esto como un nuevo y eterno progreso! No. Se trata de un enorme peligro civilizatorio y cultural que nos atañe. Estamos viviendo la era de las tecnologías generativas, es decir, que fabrican lenguaje, representación. Y después de habernos despojado de nuestra facultad para decidir por nosotros mismos el simple curso de nuestras vidas cotidianas, desde un punto de vista individual y colectivo, esa presión no ha dejado de intensificarse y se acelera sin cesar, ahora estamos viviendo el momento en que los sistemas se hacen cargo de nuestras facultades más fundamentales, el habla, la escritura, el poder expresarse en primera persona, el poder mantener una relación activa con el lenguaje.

Asimismo, las tecnologías de la inteligencia artificial generativa logran producir un régimen simbólico: imágenes, videos. Esto no solo nos despojará cada vez más de la facultad creadora que nos constituye y de la capacidad del lenguaje. Me parece que hay un cruce de umbral que no debemos admitir.

Éric Sadin afirma que no debemos aceptar solo lo que dicen los que fabrican y venden esta tecnología, que son juez y parte. Afirman que la inteligencia artificial permitirá un renacimiento de la humanidad, una nueva era de la Ilustración. ¿Cómo podemos tomarlo en serio y no ver que esta gente que trabaja, por ejemplo, en Facebook, responde a sus propios intereses y a una visión del mundo?

Se trata de una visión hiper tecnologizada. "Estos sistemas no deben decidir cómo se estructura la educación. Somos nosotros los que resolveremos por sí o por no", insiste el joven pensador francés. Pienso que esa es la correcta posición crítica: rechazar que las innovaciones sean las que decidan unilateralmente el rumbo de las cosas. Buscar que la sociedad pueda decidir, pueda mantener una relación crítica y afirmar una pluralidad de voces.

Escuchamos demasiado a Elon Musk y a todos esos ingenieros. Sus discursos no son neutros y provienen principalmente de la industria digital; por eso nos dicen que no nos preocupemos por más que pueda haber ciertos riesgos.

Sam Altman, el responsable de OpenIA, dijo que esto va a ser genial para la humanidad. Hay unas cuantas frases así que se repiten en todos los periódicos. Escuchamos demasiado a los ingenieros, a esas personas que están encerradas en sus laboratorios y solo piensan en su creación y en cómo seguir amasando las fortunas más grandes del siglo XXI.

Es hora de escuchar a todas las fuerzas vitales, a todas las fuerzas vivas de la sociedad. Es hora de oponer un contra discurso a esos tecno discursos. Corresponde a la sociedad pronunciarse, participar, saber hasta qué punto queremos o no usar ciertos sistemas, en particular aquellos que nos arrebatan hasta nuestra capacidad de habla. No escuchamos lo suficiente las voces rigurosas que ponen las cosas en perspectiva histórica, teórica y filosófica.

Por su parte otro historiador, pensador de nuestra época Yuval Noah Harari, advierte sobre los posibles errores catastróficos que podrían surgir si no se maneja adecuadamente el poder de la IA. Para Harari, la IA es la primera herramienta creada por la humanidad que tiene el potencial de reemplazarnos en la toma de decisiones. Por eso, si cometemos errores podríamos enfrentar consecuencias irreversibles y potencialmente devastadoras. Harari subraya la necesidad de considerar cuidadosamente las implicaciones éticas y sociales de la IA y de tomar precauciones para evitar riesgos innecesarios. Es importante trabajar en el desarrollo de tecnologías responsables y seguras que ayuden a la humanidad a aprovechar los beneficios de la IA mientras se minimizan sus riesgos.

Termino estas anotaciones con una referencia del Papa León XIV: requiriendo en nombre de la Iglesia "a todos los constructores de IA a cultivar el discernimiento moral como parte fundamental de su trabajo, para desarrollar sistemas que reflejen justicia, solidaridad y un auténtico respeto por la vida".

* El Dr. Aguilar fue presidente del Banco Provincial de Salta y ministro de Economía de la Provincia.

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