¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
19°
20 de Septiembre,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La muerte de Charlie Kirk y la paradoja del odio político

Un simpatizante de Donald Trump, que organizaba debates abiertos y presenciales en las universidades fue asesinado por un joven, convertido en francotirador, que lo acusaba de pronunciar discursos de odio.
Sabado, 20 de septiembre de 2025 01:47
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El miércoles 10, aproximadamente a las 12 y 30, el influencer Charlie Kirk estaba dialogando con jóvenes en el Campus de la Universidad de Utah, en el estado del mismo nombre. Líder y guía de la organización que había creado -Turning Point USA-, había reunido unas tres mil personas para ese acto.

Lamentablemente, lo que había empezado bien terminó mal. Kirk estaba sentado, con un micrófono en mano, tratando de contestar una pregunta, cuando recibió un certero disparo de arma de fuego en el cuello, cayendo pesadamente sobre la tarima en la que había estado sentado hasta entonces.

Si bien sus asistentes reaccionaron con rapidez, Kirk logró ser trasladado al establecimiento de salud más próximo donde, pese a los cuidados recibidos, falleció como consecuencia de la grave lesión producida por el proyectil que lo impactara con notable precisión.

Las autoridades estaduales y el propio FBI iniciaron de inmediato una virtual cacería del o los autores. Con rapidez envidiable, lo primero que hicieron fue hacerse de cuanta cámara de seguridad que estuviera instalada en el campus y fuera de él. Sucesivamente, las redes y la propia tevé comenzaron a difundir imágenes de un supuesto tirador, acostado en la azotea de un edificio cercano al lugar del acto -unos 180 metros-.

Después aparecieron más imágenes, primero de una posible persona de interés, como acostumbra a decir el FBI, subiendo unas escaleras de otro edificio en la universidad; seguidamente, las imágenes de una persona vestida con ropas oscuras que camina dentro del campus hasta que llega a una avenida y desde allí se refugia en una zona arbolada.

Las imágenes de un hombre joven subiendo escaleras eran las más nítidas. Se hicieron públicas para lograr comprometer a los ciudadanos de Utah en la búsqueda del tirador; el propio FBI ofreció una recompensa de US$ 100.000 (cien mil dólares) a quien aportara información suficiente para identificarlo y capturarlo.

La presión dio sus frutos. Una persona allegada a la familia del tirador, que se llama Tyler Robinson, de 22 años de edad, acercó los primeros datos a las autoridades. Es probable que esa persona se comunicara con el padre del buscado y lo convenciera que lo mejor era entregarlo a las autoridades. Así fue como el viernes pasado se concretó la entrega de Robinson, con la intervención adicional de un alguacil norteamericano, quien acompañó a él y a su padre a la comisaría, donde quedó en custodia.

Empleando toda la información reunida hasta entonces, el gobernador de Utah, Spencer Cox, informó que Robinson llegó al Campus a las 8:29 de la mañana, conduciendo un auto Dodge Challenger gris. Vestía una remera marrón, shorts, una gorra blanca y zapatillas de colores. Luego del ataque, se cambió de ropas para escapar.

Estuvo en la universidad hasta las 11:52. Ya sabía cuál sería su posición para tirar. Así que subió por unas escaleras hasta allí y tiró a eso de las 12:20. Después bajó del techo casi saltando y escapó rumbo al vecindario.

El arma empleada fue un rifle Mauser modelo M 18 C.30-06. Es un rifle de cerrojo, de alto rendimiento y diseñado para cazadores. El rifle de cerrojo es un arma fiable. Su debilidad es que está limitado para hacer un solo disparo antes de recargarse.

Cuando bajó del techo, el tirador se cuidó de guardar el arma empleada, envuelta en una toalla, y tres casquillos con inscripciones llamativas: "Oye, fascista"; "Bella Ciao"; y "Si lees esto eres gay". Les pidió a sus amigos, compañeros del piso en que residía, que recobraran el arma en un punto de entrega, dejando mensajes en la red social Dicord.

El gobernador también dijo que el sospechoso sería acusado de homicidio agravado, descarga de un arma de fuego por delito grave que cause lesiones corporales graves y obstrucción de la justicia. No es un dato menor decir que en Utah el homicidio agravado se castiga con la pena de muerte o cadena perpetua. El presidente Trump, que apreciaba mucho a Kirk, dijo esperar que el acusado sea declarado culpable y que reciba la pena de muerte.

Un killer inesperado

Ha pasado casi una semana de esta tragedia, en la cual un hombre joven, casado, con dos hijos pequeños, fue asesinado por otro joven soltero, de buenos antecedentes personales y estudiantiles, porque no le gustaba lo que decía el influencer.

Pensaba que estaba lleno de odio y que desparramaba odio. Kirk fue un hombre de derechas, que difundía esas ideas con vehemencia, todo el tiempo. Se publicaron frases y videos en los que embiste frontalmente contra la comunidad LGBT, contra los inmigrantes, entre otros. Su lema fue "Demuéstrame que estoy equivocado"; estaba grabado en la carpa debajo de la cual estaba debatiendo con su público, hasta que recibió el disparo que terminó con su vida.

El tirador estaba registrado en el padrón electoral como independiente; no había votado nunca; ya no era alumno de la Universidad de Utah; estaba en tercer año en un curso de electricidad en Dikie Technical College, en Saint George, Utah.

Antes de Kirk en los Estados Unidos, durante los seis primeros meses de 2025, se registraron más de ciento cincuenta (150) ataques con motivación política. El momento que se vive es considerado muy peligroso por los expertos.

Hace poco más de un año, en julio de 2024, el presidente Donald Trump, en campaña, recibió un disparo que rozó su oreja derecha. El atacante, que tenía 20 años, llamado Thomas Mathew Crooks, fue abatido por el servicio secreto.

Toda una señal que parece no haber detenido el clima de intolerancia política que se vive en el país. Es cierto que el discurso áspero y frontal de Trump no ayuda, pero mal se haría en considerarlo el único motivo de tanta violencia explícita.

En el año 2024 ya se habían recibido en total nueve mil quinientas (9500) amenazas y declaraciones preocupantes contra miembros del Congreso, sus familias y su personal; contra el complejo del Capitolio. Jueces y fiscales también son blancos de ataques.

El odio como norma

Después del crimen de Kirk, las autoridades federales se reunieron para rediseñar el actual esquema de protección de los funcionarios más expuestos a ser víctimas del discurso de odio contra el otro, mejor si piensa distinto, pero no necesariamente; el otro pensado como enemigo natural; el otro para cancelar y borrar para siempre, etc.

También después del crimen de Kirk, hubo repercusiones no violentas. Hubo y hay actos masivos, con mucha gente con velas. Lamentablemente, todavía quedan personas capaces de burlarse de una muerte como esa, de todas maneras, en redes en general, destacándose IG y Tik Tok.

La reacción del otro lado no se hizo esperar. Las burlas no quedaron impunes, ya que todas las personas identificadas perdieron sus trabajos, sus cátedras universitarias e incluso, su reputación.

Nada de esto debiera sernos indiferente. Antes bien, debiéramos preocuparnos para que estos vientos radicales, extremistas, fundamentalistas, excluyentes y sectarios, y por si todo eso fuera poco, violentos, se apropien del discurso político en el país y en la provincia. Las ideas deben defenderse con convicciones y coherencia; pueden exponerse en duros términos, con la condición de confrontarlas con otras. Nunca sobre las personas. El riesgo que sobreviene ha quedado demostrado con el caso que proponemos hoy a nuestros lectores.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD