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El norte argentino fue testigo de una de las operaciones quirúrgicas más contundentes contra el crimen organizado en los últimos tiempos. En el marco del Plan Güemes, impulsado por el Ministerio de Seguridad Nacional, la Policía Federal Argentina (PFA) dio un duro golpe a una banda criminal con tentáculos en múltiples actividades ilícitas. La red desmantelada operaba principalmente en las provincias de Salta y Jujuy, y sus actividades abarcaban desde el sicariato hasta el tráfico de drogas y el robo de cargas (piratas del asfalto).
Este operativo, denominado “Polirubro Marginal”, no solo involucró a las fuerzas de seguridad, sino que fue el resultado de meses de investigación y trabajo de inteligencia. La clave del éxito fue la colaboración entre la PFA, el Juzgado de Garantías Nº 1 de Orán, y la Fiscalía Federal Nº 2, a cargo de la Dra. Mariana Torres. Las investigaciones iniciales, que comenzaron por el robo de más de 100 kilos de cocaína, llevaron a los federales a descubrir una red criminal con un alcance mucho mayor del imaginado.
La pista inicial
La investigación se originó cuando el Dr. Gustavo Ramiro Morizzio, responsable del Juzgado de Garantías Nº 1, solicitó que se investigara una estructura delictiva vinculada a varias actividades criminales. Entre ellas, se destacaban el sicariato, las maniobras de los piratas del asfalto y el robo de cargas en rutas nacionales, una actividad comúnmente asociada a las conocidas "mexicaneadas".
La banda, que ya era sospechosa de haber robado más de 100 kilogramos de cocaína a otra organización, estaba vinculada directamente al narcotráfico. A medida que avanzaron las investigaciones, los agentes de la División Antidrogas San Ramón de la Nueva Orán descubrieron que la banda operaba en un territorio que se extendía desde las fronteras de Salta y Jujuy, con una red de casas de seguridad, vehículos y conexiones internacionales para la distribución de drogas.
El golpe decisivo
Luego de un análisis exhaustivo y la recopilación de pruebas clave, Morizzio ordenó la ejecución de 15 allanamientos simultáneos en diferentes puntos de la región. Los procedimientos se realizaron en San Ramón de la Nueva Orán y en la localidad jujeña de El Talar, y resultaron en la detención del líder de la banda y de otros dos miembros importantes de la organización.
El operativo permitió la incautación de centenares de dosis de marihuana, armas de fuego, una balanza de precisión, municiones, más de 1.6 millones de pesos, 400 dólares, computadoras, y varios dispositivos electrónicos. Además, se desmantelaron varias propiedades utilizadas como depósitos de droga y centros de operaciones, claves para el desmantelamiento total de la organización.
Consecuencias y próximos pasos
Con la captura de los cabecillas de la banda, las autoridades esperan dar un golpe decisivo al tráfico de narcóticos en el norte del país. Los detenidos, todos de nacionalidad argentina, enfrentarán cargos por infracción a la Ley Nacional de Drogas y robo agravado por el uso de armas. Este exitoso operativo subraya la importancia de la cooperación entre las distintas fuerzas de seguridad y la justicia para desbaratar redes criminales que, hasta ahora, operaban con total impunidad en la región.