inicia sesión o regístrate.
Una monja de 76 años, conocida por haber sido rectora de un conocido colegio privado de Santiago del Estero, fue encontrada en un geriátrico ilegal después de que denunciaran su desaparición. El caso ya cuenta con una sospechosa: la sobrina de la religiosa, quien ahora enfrenta cargos por privación ilegítima de la libertad y estafa.
Todo empezó cuando la víctima, identificada como "T.G", desapareció repentinamente de su casa y su entorno, preocupado por su ausencia, dio aviso a la policía.
Días antes de que la vieran por última vez, un delincuente había asaltado a la mujer en la calle y se había llevado su cartera con toda la documentación.
El destino quiso que un electricista, que había conocido a T.G. en su época de rectora, la encontrara en un geriátrico de la zona oeste de la provincia.
"Sacame de aquí"
"Sacame de aquí. Me tienen en contra de mi voluntad", le suplicó la monja al verlo. También le contó que la obligaban a tomar pastillas innecesarias.
La intervención de la policía, la Fiscalía y dos médicos especialistas en salud mental fue inmediata. Todos concluyeron que, a pesar de su diagnóstico de Alzheimer, T.G. podía desenvolverse sin necesidad de estar encerrada. Pero además, se descubrió que la residencia donde la religiosa estaba alojada carecía de habilitación para operar como tal.
Como si no fuera suficiente, la situación se complicó aún más cuando se descubrió que la cuenta bancaria de la monja había sido vaciada y que se había tramitado un préstamo a su nombre.
Según la investigación, todos estos movimientos se hicieron con las tarjetas robadas durante el asalto que sufrió horas antes de su desaparición.
La sobrina fue captada en las cámaras
Los videos de seguridad revelaron después que la persona que había retirado el dinero era la misma sobrina que había solicitado la internación de T.G. en el geriátrico.
Ahora, la joven enfrenta una segunda imputación por estafa y se encuentra detenida. La Justicia también investiga un pedido de curatela, un proceso legal donde se nombra a un curador para asistir a una persona que necesita apoyo para tomar decisiones. En este caso, se sospecha que la curatela podría haber sido utilizada para controlar los bienes de T.G.
La principal acusada en la causa es la sobrina pero no descartan que haya más personas involucradas.