El Instituto Secundario Padre Barrufet, de Rosario de Lerma recibió hace unos días atrás, antes de la finalización del ciclo lectivo 2024, una bandera que flameó en el mausoleo del General Manuel Belgrano, un símbolo de unidad nacional y patrimonio histórico.
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El Instituto Secundario Padre Barrufet, de Rosario de Lerma recibió hace unos días atrás, antes de la finalización del ciclo lectivo 2024, una bandera que flameó en el mausoleo del General Manuel Belgrano, un símbolo de unidad nacional y patrimonio histórico.
Esta insignia será izada en fechas patrias y al inicio de cada ciclo lectivo, reafirmando el compromiso de la institución con los valores de la Patria. Durante la ceremonia, el presidente de la Academia Belgraniana, profesor Rubén Alberto Gavaldá y Castro, ofreció una profunda reflexión sobre el legado de Belgrano para mantener viva su memoria.
Esta iniciativa es parte de un programa de la Academia Belgraniana, que durante dos años renueva el pabellón del mausoleo para entregarlo a instituciones de todo el país que lo soliciten, tras cumplir un proceso formal. "Buscamos que estas banderas lleguen a lugares que nucleen a argentinos y promuevan los valores patrióticos. En este caso, el Instituto Barrufet tuvo el honor de recibirla como parte de sus 60 años de historia, destacándose como un espacio comprometido con la identidad nacional", señaló Gavaldá y Castro.
Una campaña impulsada desde 2022
La campaña "Bandera Argentina", impulsada por la Academia Belgraniana desde abril del año 2022, busca donar estas banderas que ondearon en el mausoleo de Belgrano, que está ubicado en el atrio de la Iglesia de Santo Domingo, en Defensa y Av. Belgrano de la ciudad de Buenos Aires.
Las insignias son distribuidas a instituciones que representan los valores patrios y que se ubican en diversos lugares de nuestro país.
"La historia muchas veces ha sido usada como marketing político", aseguró el titular de la Academia Belgraniana de la República Argentina. El presidente de la institución, en una entrevista con el noticiero de Norte Visión, habló sobre la figura de Belgrano, y cuestionó la manipulación histórica de su figura. "La historia muchas veces ha sido usada como herramienta de marketing personal o político. Se tergiversa, se acomoda, y esto no solo ocurre con Belgrano, también con San Martín y Güemes. En el caso de Belgrano, es indispensable redescubrir su dimensión real. No podemos reducirlo a anécdotas o fechas patrias, porque su obra y pensamiento fueron mucho más grandes. Desde la Academia Belgraniana trabajamos para ofrecer una visión científica y rigurosa, alejándonos de interpretaciones oportunistas sobre la de estos últimos tiempos", sostuvo.
El académico destacó la faceta innovadora de Belgrano, un adelantado para su tiempo. "Si estuviera hoy entre nosotros, sería el principal impulsor de la tecnología, tal como en su época promovió la educación, el respeto por la mujer y la igualdad. Él pensaba en una Patria grande, una Sudamérica unida, y su bandera celeste y blanca representaba ese sueño de integración", explicó. Además, recordó que Belgrano fue el primer constitucionalista del país, con un proyecto para una Constitución que abarcaba el Río de la Plata, Chile y Perú, un ideal que sigue siendo relevante en el tercer milenio.
"Nos falta recobrar el camino del horizonte trazado por Manuel Belgrano; se ha escrito muy poco de la vida de Belgrano, porque es mucho más de lo que conocemos en los libros en donde muchos temas son hasta trillados por los historiadores partiendo de Mitre en adelante y demás".
Etapa emancipadora
"Con todo respeto a San Martín, Belgrano es el verdadero padre de la patria. Fue el único prócer que estuvo presente en cada etapa clave de la emancipación nacional. Desde el 25 de mayo de 1810 hasta sus proyectos educativos y constitucionalistas, su legado es incomparable. Fue él quien sentó las bases de la educación pública y propuso una Patria grande y americana, mucho más amplia que los límites que hoy concebimos", afirmó Gavaldá y Castro. Según explicó, Belgrano no solo creó la bandera nacional como símbolo de unidad, tenía en su mente una Sudamérica unida y progresista.