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En el amparo colectivo se describió la caótica situación del tramo de la ruta nacional 9 que se extiende entre los puentes de los ríos Vaqueros y Wierna. Su angosta y deteriorada calzada, carece de banquinas adecuadas y la circulación vehicular se encuentra sumamente afectada.
En torno a la rotonda, en su sector este, hay puestos de ventas que se multiplican los fines de semana. De la mano contraria, paran a diario camiones que venden ladrillos, áridos e incluso cubiertas usadas.
La actividad económica genera que los sectores adyacentes a la calzada se encuentren sumamente concurridos y que la salida y el reingreso de vehículos a la ruta sea una odisea que impide la circulación fluida.
En las inmediaciones del viejo puente, sobre la mano derecha, se encuentran las paradas de líneas de colectivos sin dársenas. La detención de los automovilistas en los puestos de comida de la mano de enfrente suma dificultades y peligros.
El puente sobre el río Vaqueros es sumamente angosto. Los camiones de las plantas de áridos que operan en la zona deben necesariamente circular por este puente que es la única vía de comunicación de Vaqueros y La Caldera con la capital y otros municipios.
La situación es tan crítica que en el sector de la ruta comprendido entre la rotonda del Quirquincho y el puente de acceso hacia Vaqueros, la Municipalidad de esa localidad ha colocado un cartel de señalización vial que advierte sobre la existencia de demoras los sábados, domingos y feriados a partir de las 17. Luego de esa hora el tránsito desde La Caldera hacia el sur colapsa.
Entre esa localidad y el puente del río Vaqueros hay 15,8 kilómetros que en determinados días, como en aquellos en que hay algún festival, llegan a insumir hasta seis horas. En ocasiones, cruzar el pueblo de Vaqueros de un puente a otro -un trayecto de 3,9 kilómetros- demanda hasta dos horas.
El hartazgo de los conductores y el agravamiento del caos vehícular ya está generando condiciones de riesgo. Noticias periodísticas han dado cuenta en los últimos dos meses de conductores que comienzan a circular por las banquinas donde las hay- e incluso en contramano, generando condiciones para que ocurran accidentes de gravedad.
Ni Vaqueros ni La Caldera cuentan con hospitales o centros médicos adecuados para atender urgencias médicas. "Esta situación y la imposibilidad de trasladarse rápido hacia la ciudad de Salta expone a los integrantes de la clase (el conjunto de personas contempladas en el amparo colectivo) a la posibilidad de sufrir una afectación a su derecho a la salud e incluso la vida", advirtieron desde UCU.
"Colapsados tanto la ruta como el puente, el traslado de una persona durante una urgencia puede llegar a ser sumamente crítico" y las personas afectadas "no tienen porqué soportar la asunción de estos riesgo por una omisión de la demandada (la DNV) en cumplir con su rol específico", agregaron.
A lo largo de sus 4 kilómetros de travesía urbana en Vaqueros, la ruta 9 no es más que la arteria principal del pueblo (avenida San Martín) y su traza tiene sectores sin banquinas. En otros, esa banquina hace las veces de vereda por la que transitan peatones y de estacionamiento para vehículos.
Los giros desde la ruta hacia el concurrido paseo costanero, como también los egresos, son otra odisea.