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18 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Hipertensión y diabetes: las principales causas detrás del aumento de trasplantes renales en Salta

En lo que va del año, el hospital Oñativia realizó 31 trasplantes de riñón, casi igualando la cifra total de todo 2024. El jefe del servicio de trasplantes, Dr. Raúl Pidoux, analiza las causas, el perfil de los pacientes y las fallas en la prevención.
Miércoles, 16 de julio de 2025 17:24
El equipo de trasplante en quirófano durante una intervención. De ambo rojo, el Dr. Raúl Pidoux, jefe del servicio. Foto: Gentileza Hospital Oñativia
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La sala de trasplantes del Hospital Arturo Oñativia no ha tenido descanso en este primer semestre del año. Con 31 trasplantes renales realizados en solo seis meses, la institución marca un récord que, más allá del logro médico, refleja la alta demanda de pacientes que padecen enfermedad renal crónica en Salta. La hipertensión arterial mal controlada y la diabetes son las dos grandes responsables de la enfermedad renal crónica, que afecta al 10% de la población y muchas veces se detecta cuando ya es tarde.

El equipo de trasplante en quirófano durante una intervención. De ambo rojo, el Dr. Raúl Pidoux, jefe del servicio. Foto: Gentileza Hospital Oñativia

En diálogo con El Tribuno, el Dr. Raúl Pidoux, jefe del equipo de trasplantes del hospital, explicó por qué se incrementaron las intervenciones y qué perfil tienen los pacientes que necesitan este procedimiento que, en muchos casos, les devuelve calidad de vida y años por vivir.

“La cantidad de trasplantes realizados se debe, en parte, a una mejora en la procuración de órganos en todo el país y a un incremento en la donación efectiva. Pero también vemos que cada vez más pacientes hospitalarios, sin cobertura social, acceden al trasplante. Eso habla de un sistema de salud que está respondiendo”, afirmó Pidoux.

¿Quiénes llegan al trasplante?

El doctor aclaró que los pacientes que acceden a trasplante renal tienen perfiles diversos, aunque comparten un factor común: son personas que han atravesado años de tratamiento dialítico, con una función renal comprometida de forma severa.

“Trasplantamos únicamente a adultos, y la mayoría viene de tratamientos crónicos. No hay una edad determinada: hay personas jóvenes y otras mayores, y provienen tanto de la capital como del interior de la provincia”, explicó.

En cuanto a las causas, la hipertensión y la diabetes encabezan la lista de motivos que derivan en la pérdida progresiva de la función renal. “Estas enfermedades muchas veces no dan síntomas hasta que ya es tarde. Por eso hablamos de una epidemia silenciosa, que afecta directamente la salud pública”, advirtió.

Una enfermedad que golpea fuerte

Se estima que alrededor del 10% de la población tiene alguna forma de enfermedad renal crónica. Y ese número no hace más que crecer.

“Los pacientes con enfermedad renal tienen mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, accidentes cerebrovasculares, y por ende, tienen menor expectativa y calidad de vida”, detalló el médico.

En ese marco, la labor del Hospital Oñativia se volvió central. Con el centro público de diálisis más grande de la provincia, equipado con 26 sillones, y una unidad de trasplante de última generación, el hospital atiende a más de 100 pacientes en tratamiento dialítico solo en Capital, sin contar los dispositivos de atención en Orán, Tartagal y Cafayate.

 

Prevención: el gran desafío

Frente a estas cifras, el doctor Pidoux remarcó un punto clave: la prevención puede evitar que miles de salteños lleguen a necesitar un trasplante.

“Hay mucho por hacer en términos de educación. La mayoría de la gente sabe qué es el colesterol, pero no sabe qué es la creatinina, que es lo que mide la función renal. Y tampoco se toma conciencia del daño que hace el consumo excesivo de sal, los alimentos ultraprocesados, el sobrepeso y la automedicación”.

El especialista recomienda una vida saludable desde edades tempranas, sin exceso de sal, con actividad física regular, buena hidratación y visitas médicas de rutina. “Son pequeñas decisiones que pueden evitar llegar a la diálisis o al trasplante”, resaltó con firmeza.

Un trabajo en equipo

Cada trasplante en el hospital moviliza a entre 15 y 20 profesionales, entre cirujanos, nefrólogos, instrumentadores, enfermeros, técnicos, radiólogos, y personal de apoyo logístico.

La logística incluye desde la detección del donante hasta el seguimiento posoperatorio del paciente. En ese proceso, también se promueve la concientización sobre la donación de órganos, tanto cadavéricos como de donantes vivos.

“Aproximadamente un 70% de nuestros trasplantes proviene de donantes cadavéricos. El resto, de donantes vivos. En esos casos, trabajamos con las familias para explicar las opciones y evaluar si hay compatibilidad”, agregó.

¿Es posible evitar la diálisis?

El Hospital Oñativia trabaja para fomentar el trasplante renal preventivo, es decir, antes de que el paciente entre en diálisis, especialmente en casos con donante vivo compatible.

“Es lo ideal. Si un paciente con enfermedad renal avanzada puede recibir un trasplante antes de iniciar la diálisis, la recuperación es mejor, el riñón dura más y su calidad de vida mejora significativamente”, sostuvo Pidoux.

El hospital cuenta además con un consultorio CERCA, donde se realiza un seguimiento integral a pacientes con enfermedad renal crónica avanzada, se evalúan sus condiciones clínicas y se preparan para las distintas etapas del tratamiento.

Una nueva vida después del trasplante

La diferencia para quienes logran acceder a un trasplante es enorme. “El cambio en la vida del paciente es total. Dejan de depender de una máquina, recuperan su autonomía, pueden trabajar, estudiar, viajar. Su calidad de vida mejora y también su sobrevida”, contó el especialista.

Claro que el acompañamiento no termina ahí: luego de la operación, el paciente recibe un seguimiento clínico y farmacológico continuo, para asegurar el éxito del injerto y controlar su evolución.

Los errores más comunes y los hábitos que hay que cambiar

Para cerrar, el Dr. Pidoux enumera los errores más comunes que llevan a un deterioro renal:

·         Consumo excesivo de sal.

·         Alimentación basada en ultraprocesados.

·         Falta de controles médicos.

·         Automedicación, especialmente con antiinflamatorios.

·         Falta de actividad física.

“Desde la niñez hay que cuidar los riñones. No es normal ponerle sal a todo o consumir gaseosas todos los días. Esas cosas, que parecen mínimas, deterioran el riñón a lo largo de los años”, finalizó Pidoux.

Cifras que preocupan

·         31 trasplantes renales en los primeros seis meses del año.

·         Más de 100 pacientes en tratamiento dialítico actualmente.

·         Un 10% de la población con enfermedad renal crónica.

·         70% de los trasplantes con donantes cadavéricos.

·         26 sillones de diálisis en el hospital Oñativia de Salta.

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