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28 de Septiembre,  Salta, Centro, Argentina
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VIDEO. “Si no tuviera sotana, Zanchetta seguiría preso”, dijo uno de los denunciantes del exobispo

Denunciantes del exobispo salteño, Gustavo Zanchetta, advirtieron que su libertad condicional representa un mensaje de impunidad y desprotección para los sobrevivientes de abuso. “Donde vaya, va a volver a abusar”, afirmó Kevin Montes, ex seminarista.
Domingo, 28 de septiembre de 2025 16:32
El ex obispo Gustavo Zanchetta y detrás uno de los denunciantes, Kevin Montes
Zanchetta y Páez, ambos religiosos condenados por abuso sexual
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La decisión judicial que dejó en libertad condicional al exobispo Gustavo Zanchetta, condenado por abuso sexual agravado, reabrió las heridas de las víctimas y generó un profundo malestar entre los sobrevivientes de abusos eclesiásticos. Matías Montes, referente de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico en Salta y uno de los denunciantes, expresó su indignación y habló con El Tribuno sobre el impacto emocional que vuelve a revivir con este fallo.

Zanchetta había sido condenado en 2022 a cuatro años y seis meses de prisión efectiva por abuso sexual continuado y agravado contra dos exseminaristas de la Diócesis de Orán. Sin embargo, la reciente medida judicial le permite recuperar la libertad bajo el régimen de libertad condicional, generando un fuerte impacto emocional en quienes fueron víctimas directas de sus abusos.

“Son sensaciones encontradas, porque uno vuelve a revivir todo. Nos preguntamos si valió la pena denunciar, si hicimos lo correcto. Nos duele porque nunca sentimos que la justicia nos escuchara, ni que la Iglesia lo hiciera. Este delincuente hoy está libre, tal vez disfrutando de un asado, mientras nosotros seguimos con este dolor y esta bronca”, expresó con profunda tristeza Matías Montes, una de las víctimas y actual referente de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina.

Luego recordó que tenía 16 o 17 años cuando Zanchetta empezó a acercarse con el pretexto de acompañar su vocación. “Te decía que el Papa Francisco sabía de vos, que rezaba por vos. A esa edad, que un obispo te diga eso, es fuertísimo. Desde ahí empezó a manipularnos, a aislarnos de nuestras familias, a marcarnos los defectos, a controlar cada aspecto de nuestras vidas”.

Dentro del seminario, Zanchetta ejercía una autoridad total. Según Montes, restringía el contacto con el exterior, controlaba los celulares y utilizaba el poder religioso para encubrir actitudes abusivas. “Empezó a tener actitudes cada vez más perversas: pedía masajes, hacía comentarios sexuales, se burlaba de las mujeres, hablaba con doble sentido. Era manipulador y sádico. Disfrutaba del poder y del daño que hacía”, afirmó.

El ex obispo Gustavo Zanchetta y detrás uno de los denunciantes, Kevin Montes

 “El abusador no cambia”: indignación ante el fallo judicial

Para el joven, la resolución judicial es una nueva forma de revictimización. “Las pericias psicológicas durante el juicio fueron claras: él es plenamente consciente del daño que causa y disfruta de sentirse superior. Es llamativo que ahora digan que no representa peligro para terceros. El abusador no cambia. Está en su personalidad, en su forma de ser. Donde vaya, va a volver a abusar”, señaló.

Montes cuestionó duramente el rol de la Iglesia y de la Justicia. Recordó que, durante su detención, Zanchetta fue alojado en un convento y luego enviado a Roma bajo el argumento de recibir atención médica. “Si hubiera sido un ciudadano común, no habría tenido esos privilegios. La Iglesia lo protegió desde el principio. Nos sentimos abandonados por las instituciones que deberían cuidarnos”, remarcó.

 

Una vida reconstruida desde el dolor y la lucha

Pese al dolor, Montes asegura que seguirá adelante con su lucha. Tras mudarse a Córdoba para iniciar un proceso de reconstrucción personal y sumarse a la Red de Sobrevivientes, hoy dedica su vida a acompañar a otras víctimas.

“Fue un camino durísimo, pasé por depresiones, por intentos de suicidio. Pero encontré mi propósito en ayudar a quienes todavía no pueden hablar. No es fácil, cada entrevista, cada noticia como esta, me duele. Pero sigo en pie, porque sé que hay muchos que todavía no se animan”, contó.

 

Otro sacerdote condenado: el caso de Fernando Páez

El joven también denunció al sacerdote Carlos Fernando Páez, quien fue condenado a cuatro años de prisión efectiva por abuso sexual calificado. Su testimonio fue clave en ese proceso.

“En Salta, donde la religiosidad está tan arraigada, denunciar a un sacerdote o a un obispo es durísimo. La sociedad muchas veces te da la espalda. Pero seguimos luchando porque esto no puede repetirse más”, dijo.

 

 “La Iglesia y el Estado deben separarse”

Finalmente, Montes pidió que los sacerdotes sean juzgados como cualquier ciudadano. “Necesitamos que se separe la Iglesia del Estado. Que estos hombres de sotana sean tratados como lo que son: delincuentes comunes. Si yo cometo un delito, nadie me va a tener piedad. Ellos tampoco la merecen”, afirmó.

Con voz firme, cerró su mensaje con una promesa: “Vamos a seguir denunciando y advirtiendo a las comunidades donde este hombre intente refugiarse. Zanchetta volverá a abusar, y nosotros estaremos ahí para impedirlo. Porque detrás de cada caso hay vidas destruidas, y el silencio no puede seguir protegiendo a los poderosos”.

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