¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
27 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Broma pesada con María Cash

Martes, 18 de octubre de 2011 23:00

Un grupo de siete alumnas que concurren al tercer año del colegio secundario del barrio Parque Belgrano quiso realizarle una broma pesada a una chica que concurre a un grado inferior: la llamaron desde un número privado y una voz angustiada le dijo: “­Por favor ayudame... soy María, María Cash... me tienen secuestrada!”. La joven, de 17 años, al oír aquello se asustó y le comentó a su profesor, quien decidió que ambos concurriesen a la subcomisaría de Castañares a denunciar el hecho. En el acto se comunicó del hecho a la División Trata de Personas, a cargo de la pesquisa y al juez de Instrucción Formal 8, Federico Diez, quien ordenó investigar técnicamente el aparato donde se recibió la llamada para dar con el IMEI del otro, cosa que se consiguió el lunes, a los tres días del llamado. El aparato estaba registrado a nombre de J. A. G., padre de la cabecilla de la broma, con residencia en la zona norte de la ciudad. Hay enojo con el grupo e indignación en el juez y la Policía.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Un grupo de siete alumnas que concurren al tercer año del colegio secundario del barrio Parque Belgrano quiso realizarle una broma pesada a una chica que concurre a un grado inferior: la llamaron desde un número privado y una voz angustiada le dijo: “­Por favor ayudame... soy María, María Cash... me tienen secuestrada!”. La joven, de 17 años, al oír aquello se asustó y le comentó a su profesor, quien decidió que ambos concurriesen a la subcomisaría de Castañares a denunciar el hecho. En el acto se comunicó del hecho a la División Trata de Personas, a cargo de la pesquisa y al juez de Instrucción Formal 8, Federico Diez, quien ordenó investigar técnicamente el aparato donde se recibió la llamada para dar con el IMEI del otro, cosa que se consiguió el lunes, a los tres días del llamado. El aparato estaba registrado a nombre de J. A. G., padre de la cabecilla de la broma, con residencia en la zona norte de la ciudad. Hay enojo con el grupo e indignación en el juez y la Policía.

PUBLICIDAD