Volvió a ser noticia. La joven diseñadora María Cash, de 29 años, desaparecida desde el pasado 4 de julio, cuando partió de la terminal de ómnibus de Retiro, en Capital Federal, en un colectivo de la empresa Mercobus, rumbo a la capital jujeña, habría estado ayer en la ciudad de San Pedro, ubicada a 66 kilómetros de San Salvador de Jujuy.
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Volvió a ser noticia. La joven diseñadora María Cash, de 29 años, desaparecida desde el pasado 4 de julio, cuando partió de la terminal de ómnibus de Retiro, en Capital Federal, en un colectivo de la empresa Mercobus, rumbo a la capital jujeña, habría estado ayer en la ciudad de San Pedro, ubicada a 66 kilómetros de San Salvador de Jujuy.
Una mujer identificada como Mirta Rocha (65) denunció a la Policía jujeña que aproximadamente a las 8.30, una persona de idénticas características a Cash se presentó en su domicilio del barrio San José, ubicado en la zona oeste de San Pedro.
En diálogo con El Tribuno, Rocha dijo: “Norita, la encargada de la limpieza de un consorcio vecino, tocó la puerta de mi casa y me dijo que había una chica en actitud sospechosa y que, al parecer, quería entrar en la vivienda de al lado. Cuando me acerqué a ver lo que sucedía, la vi parada contra una de las paredes que dividen las dos casas, mirando para todos lados, como perseguida. Enseguida le pregunté si necesitaba algo y me dijo: "Sí, tengo mucha hambre y también quiero un vaso de agua'. Rápidamente, fui a buscarle un pedazo de tarta que había quedado de la noche anterior. Me dio mucha lástima cuando la vi comiendo: estaba desesperada y tragaba con desesperación. En ese instante, me di cuenta de que se trataba de María Cash. Le pregunté cómo se llamaba, si tenía familia y si estaba con alguien y solo me decía: "No sé, no sé'. Cuando fui a buscarle un vaso de agua, aproveché para llamar a la Policía y luego lo hizo mi esposo, Andrés Francisco Cansino (64), porque él es retirado de la fuerza y tiene amigos, pero no llegaron a tiempo. Cuando salí a la vereda con la bebida, la joven ya estaba a más de cien metros de mi casa. Yo la llamé, pero no me hizo caso. Segundos más tarde, paró una camioneta blanca con cúpula y un hombre se bajó y la subió. Se fueron en dirección al barrio Bernachi”, ubicado a quinientos metros de la vivienda de Rocha.
“Estoy muy triste porque sé que se trataba de María Cash, tenía tonada bonaerense, era muy linda -a pesar de estar sucia- y me llamó la atención porque tenía un golpe en la mejilla derecha, como si hubiese recibido un golpe de puño. Al parecer, estaba muy preocupada y estoy segura de que la estaban siguiendo. Cuando el hombre la subió a la camioneta, les conté a dos policías que pasaban caminando por mi casa, pero miraron y me dijeron: "Ya se fue'”.
Al enterarse de la situación, el comisario Alejandro Trobbiani, titular de la División Trata de Personas de Salta, se dirigió de inmediato hacia la localidad jujeña, junto a una comisión de policías, y entrevistó a la mujer.
Además, los efectivos salteños se pusieron en contacto con sus pares de Jujuy, con el personal de la Brigada de Investigaciones, la Policía Federal y Gendarmería Nacional.
Un dato clave
La mujer que denunció sobre el supuesto paradero de la joven oriunda de Pergamino aportó una palabra clave para la investigación: “Bernachi”. Este barrio es uno de los más conocidos de la zona y tiene, entre sus viviendas, un prostíbulo clandestino que de día funciona como ciber y librería, pero por las noches se transforma y se convierte en un antro, donde propios y extraños llegan para solicitar sexo pago con mujeres.
“El ciber del Gordo”, como es conocido, se encuentra a unos 700 metros de la vivienda de Mirta Rocha y la camioneta que se llevó a la joven circuló en dirección a ese lugar.