En cinco meses que van del año, el radar que funciona en Tartagal y que cubre una parte de la frontera de Salta y Jujuy con Bolivia detectó 20 vuelos irregulares. ¿Eso es poco o mucho? Es imposible saberlo, porque no hay con qué dato compararlo, pero si el equipo funciona sólo seis horas por día, mientras hay luz, y si la Justicia federal advierte un importante aumento del narcotráfico en los últimos meses, es difícil pensar que solo fueron 20 los aviones que entraron al país a escondidas.
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En cinco meses que van del año, el radar que funciona en Tartagal y que cubre una parte de la frontera de Salta y Jujuy con Bolivia detectó 20 vuelos irregulares. ¿Eso es poco o mucho? Es imposible saberlo, porque no hay con qué dato compararlo, pero si el equipo funciona sólo seis horas por día, mientras hay luz, y si la Justicia federal advierte un importante aumento del narcotráfico en los últimos meses, es difícil pensar que solo fueron 20 los aviones que entraron al país a escondidas.
Los datos se desprenden de la Acordada 05/2011 que en marzo emitió la Cámara Federal de Salta y que en la última semana fue objeto de análisis de los diputados y senadores nacionales salteños, y del Senado de la Nación durante la visita del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
La radarización de Salta y Jujuy, y las deficiencias del equipo que funciona en Tartagal fueron presentadas también esta semana a la ministra de Seguridad, Nilda Garré, por los ministros de Gobierno de Salta y de Jujuy, Pablo Kosiner y Pablo La Villa, respectivamente.
“Como advirtió la Cámara Federal de Salta, de nada sirve ver solo cuántos radares van a tener las dos provincias, si estos no están conectados a un sistema integrado con todo el Norte argentino, es decir, con Formosa, Misiones, Chaco y Corrientes”, explicó Kosiner a El Tribuno.
El ministro salteño indicó que en la reunión con Garré, el secretario ejecutivo del Consejo de Seguridad Interior, Miguel Bermejo, había informado que el radar de Tartagal “detectó 20 vuelos irregulares, lo que no significa que sean vuelos ilegales”.
¿Qué sucedió con esos vuelos? Según la Agrupación VII Salta de Gendarmería Nacional, desde la puesta en funcionamiento del radar en Tartagal “recibimos numerosas alertas, todas en forma tardía y aun realizando el despliegue con el consecuente desplazamiento inmediato, no se lograron resultados”. En otras palabras, el aviso sobre un vuelo clandestino llegó tarde y el operativo se frustró.