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Un testigo involucró a un cura

Viernes, 03 de junio de 2011 22:26

“El sacerdote (Carlos) Escobar Saravia me pidió que le dijera a mi padre que no se meta con el caso Ragone”, aseguró el joven Maximiliano Mendoza en la audiencia de ayer. De esta manera, el testigo confirmó lo expresado en el juicio por Damián Mendoza, el 20 de abril pasado. Contó que esto ocurrió en 2002 cuando fue a ver a Escobar Saravia para pedirle que le otorgara una beca porque quería estudiar en la Universidad Católica de Salta. “Me dijo que no había problema para darme la beca, pero quería que le dijera a mi padre que no se metiera con lo de Ragone”, aseguró Mendoza (h). “Me sentí mal por lo que me dijo y me retiré”, dijo. Con relación a los dichos de Damián Mendoza, el religioso negó en el juicio, en forma terminante, haber hablado en esos términos con el joven.

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“El sacerdote (Carlos) Escobar Saravia me pidió que le dijera a mi padre que no se meta con el caso Ragone”, aseguró el joven Maximiliano Mendoza en la audiencia de ayer. De esta manera, el testigo confirmó lo expresado en el juicio por Damián Mendoza, el 20 de abril pasado. Contó que esto ocurrió en 2002 cuando fue a ver a Escobar Saravia para pedirle que le otorgara una beca porque quería estudiar en la Universidad Católica de Salta. “Me dijo que no había problema para darme la beca, pero quería que le dijera a mi padre que no se metiera con lo de Ragone”, aseguró Mendoza (h). “Me sentí mal por lo que me dijo y me retiré”, dijo. Con relación a los dichos de Damián Mendoza, el religioso negó en el juicio, en forma terminante, haber hablado en esos términos con el joven.

Incidente con Guil

El ingeniero Eduardo Sángari, quien se desempeñó como funcionario por unos meses durante la gestión de Ragone, aseguró que éste no pudo concluir su mandato porque hubo sectores que apostaron a la ingobernabilidad. Explicó que tras renunciar al cargo de secretario de Industria y Comercio, en 1974, asumió como decano en la Universidad Nacional de Salta y que en esas circunstancias tuvo un incidente con el comisario Joaquín Guil. “Me dijo que quería meter policías bajo poncho y lo saqué corriendo”, afirmó. Como respuesta, la Policía allanó dos veces su domicilio. “Fui a hablar con Guil y apenas me vio, me exigió que me retirara porque de lo contrario, me cortaría las b...”, recordó. Por ese motivo se tuvo que ir de Salta.

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