¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

10°
6 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

¡Socorro, se vienen los exámenes!!

Lunes, 15 de octubre de 2012 19:46

“Ma... no llego, no me voy a presentar”; “estudié todo, pero se me hizo una laguna”, “para el próximo turno me preparo mejor”, "estoy enfermo, me siento mal, no puedo ir a rendir"...

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

“Ma... no llego, no me voy a presentar”; “estudié todo, pero se me hizo una laguna”, “para el próximo turno me preparo mejor”, "estoy enfermo, me siento mal, no puedo ir a rendir"...

En la época de exámenes todas estas son frases que las madres escuchan frecuentemente de parte de sus hijos, sean adolescentes o universitarios. Lo grave es que no se trata de hechos aislados, sino que puede transformarse en una situación común.
Ahora, con la finalización del ciclo lectivo, los tiempos se acortan, el tiempo no rinde y la ansiedad arrasa con todo. Este es un trastorno que la psicología ha definido como la “fobia a ser evaluado”

Terror a los exámenes

Todos los que han tenido la dicha y el privilegio de estudiar saben que en tiempos de exámenes el cosquilleo en el estómago es casi permanente, sudan las manos, falta el aire y existe la sensación de que los días duran milésimas de segundos. Si bien siempre existió, si permanece en el tiempo y no se trata se puede transformar en un serio problema psicológico.


Según dicen los especialistas, ese miedo “puede formar parte de una patología ansiosa, como el trastorno de ansiedad generalizada o la fobia social o depresiva; o bien ser independiente de ella, como un trastorno de aprendizaje, o constituir un cuadro específico denominado “fobia a los exámenes”.

Si esta problemática es manejada por especialistas en el tema, se puede salir pero para esto hay que buscar señales tempranas del trastorno sin confundirlo con otros. Los padres de los adolescentes buscan profesores particulares para que los ayuden y recurren a los psicólogos cuando el chico ya repitió el curso.

Evitar presentarse a un examen no es la única manera de escapar de la fobia. Una modalidad muy habitual es “no estudiar nada o no estudiar lo suficiente”, de ese modo existe la excusa perfecta y no se produce la ansiedad.

Los especialistas en el área explican que los dos signos de alerta que deben motivar a los padres a una consulta son por un lado, “huir: corren la fecha de los exámenes, se enferman, etc. y por otro, cuando van a rendir, la mente se le queda en blanco, se paralizan etc, y les va mal”.
Es importante tener en cuenta que no siempre es cierto que se ponen nerviosos porque no saben, ya que la ansiedad deviene de la percepción subjetiva de lo que saben, pero debido a la inseguridad y baja autoestima, consideran que siempre es negativa.

En esta fobia el miedo es mayor en los exámenes orales, sobre todo en los casos de ansiedad social, donde existe el temor a hablar en público. Además, otras de las características más comunes es la alta exigencia con respecto a sus estándares personales; perfeccionismo, preocupación desmedida por los errores y gran vulnerabilidad a las críticas. Detrás de estos trastornos se ocultan serios problemas de autoestima. Por esto el consejo es que los padres o los jóvenes, si ya son mayores, se acerquen a diferentes centros terapéuticos y hagan una consulta.

 

 

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD