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La inclusión social no debe ser con inflación

Domingo, 21 de octubre de 2012 12:22

Con el nombre “Es hora de reconocer la inflación”, el economista Alieto Guadagni publicó una nota en el sitio “Escenario Alternativos”. Allí hace una serie de propuestas, entre ellas concibe “un modelo económico con inclusión social” y asegura que el mismo “ no puede imponer la inflación, que es el más regresivo de todos los impuestos”.

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Con el nombre “Es hora de reconocer la inflación”, el economista Alieto Guadagni publicó una nota en el sitio “Escenario Alternativos”. Allí hace una serie de propuestas, entre ellas concibe “un modelo económico con inclusión social” y asegura que el mismo “ no puede imponer la inflación, que es el más regresivo de todos los impuestos”.

El especialista sostiene que “la inflación es un fenómeno que castiga principalmente a los más pobres, ya que ellos carecen de activos de refugio (moneda extranjera, tierras, propiedades). Éste es el motivo por el cual nadie que esté verdaderamente preocupado por la inclusión social y la equidad distributiva puede distraerse cuando una economía ingresa en una fase inflacionaria, que inevitablemente agudizará la desigualdad en la distribución del ingreso”.

Reprocha a Argentina que la historia inflacionaria como experiencia económica no pudo ser asimilada. Dice:”El mundo se vio obligado a aprender a controlar la inflación en las últimas décadas. Recordemos que hacia fines de la década del 80 la inflación era un flagelo muy generalizado, sobre todo entre los países en desarrollo. Prácticamente todas las naciones aprendieron muy rápido la lección y fueron capaces de definir nuevas políticas que resultaron eficaces para reducir la inflación sin enfriar la economía, superando así un viejo debate entre diversas escuelas económicas, del cual participaron, con distintas visiones, Paul Samuelson y Milton Friedman. En nuestro país el debate se dio entre los llamados "estructuralistas" y "monetaristas" en las décadas del 60 y del 70”.

Guadagni recuerda también que “hoy, en América latina el promedio de inflación (excluido nuestro país) no llega al 6%. Pero es evidente que ahora estamos entre los tres primeros países con más alta inflación entre las 184 naciones de las cuales hay información estadística”.

Al repasar los efectos de la caída del modelo del noventa, reflexionó que “ el estallido de la convertibilidad a fines de 2001 impulsó en nuestro país una brusca aceleración inflacionaria originada por la gran devaluación del peso, que alcanzó su máxima expresión en 2002 con niveles cercanos al 80% de aumento en los precios mayoristas, pero gracias a la sensata política fiscal y monetaria de esos años (Duhalde-Néstor Kirchner) la inflación comenzó a ceder significativamente, de forma tal que hacia 2006 ya se había reducido al 10% anual sin necesidad de enfriar la economía, que, por el contrario, crecía fuertemente.

Pero a partir de ese año, con la salida del ministro Roberto Lavagna, dejó de prestarse debida atención a la fiebre inflacionaria y se creyó que para afrontar este serio problema simplemente alcanzaba con la utilización de un falso termómetro”.

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