Por un hijo cualquier padre es capaz de dar la vida. Sin embargo, hay veces que las creencias y las tradiciones son más fuertes, incluso que el amor a la vida. Ayer, se conoció otro caso donde la religión pesó más que la vida. Ocurrió en La Pampa, donde la justicia debió resolver sobre las acciones médicas que debían tomarse para salvar la vida de un bebé cuyos padres son Testigos de Jehová. La justicia de La Pampa ordenó que el bebé en estado de salud delicado recibiera una transfusión de sangre en contra de la voluntad de sus padres.
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Por un hijo cualquier padre es capaz de dar la vida. Sin embargo, hay veces que las creencias y las tradiciones son más fuertes, incluso que el amor a la vida. Ayer, se conoció otro caso donde la religión pesó más que la vida. Ocurrió en La Pampa, donde la justicia debió resolver sobre las acciones médicas que debían tomarse para salvar la vida de un bebé cuyos padres son Testigos de Jehová. La justicia de La Pampa ordenó que el bebé en estado de salud delicado recibiera una transfusión de sangre en contra de la voluntad de sus padres.
La medida fue adoptada recientemente por el juez de la Familia y el Menor, Marcos Javier Aguerrido, por pedido del Cuerpo de Médicos de Pediatría del hospital Lucio Molas, en la capital pampeana.
El bebé tuvo que ser internado días atrás en el sector de terapia intensiva de Pediatría del establecimiento asistencial.
El niño, según el diagnóstico médico, necesitaba un recambio de glóbulos de manera urgente, pero sus padres se habían negado por sus creencias religiosas.
Interpretaciones religiosas
Las transfusiones son rechazadas por los Testigos de Jehová a raíz de la interpretación de diversos versículos bíblicos que hablan de la prohibición de recibir sangre, porque es como “comer la vida o el alma”.
Pese a los cuestionamientos religiosos, el juez debió priorizar salvar un vida. En este caso la de un pequeño, al que según las propias palabras del letrado “no había otra opción y la recomendación médica era la transfusión”.
“Cuando se pone en riesgo la vida de un niño uno no puede ni dudarlo”, expresó el magistrado.
Asimismo, agregó que “en el caso de los niños la representación legal que asumen los padres es para su seguridad, para su salud, más allá de las creencias religiosas”.
El juez dictó rápidamente la medida, que fue solicitada por los médicos que atendieron al niño, luego que sus padres se negaran a la transfusión por seguir su credo.
Un caso similar ocurrió meses atrás con Pablo Albarracini, de 38 años, creyente de ese culto, quien resultó gravemente herido en un asalto.
Por ese caso la esposa del hombre y su padre se trenzaron en una disputa judicial porque este último quería permitir la transfusión que los médicos aseguraban era imprescindible para que continuara con vida.
Finalmente, la Corte Suprema estableció que había que respetar la voluntad del paciente, quien había dejado por escrito que no aceptaba someterse a ese tipo de tratamientos por razones religiosas. Finalmente Pablo despertó de su estado y pudo recuperarse. Otar fue la suerte de una joven testigo de Jehová que murió en Entre Ríos, en agosto, tras negarse a recibir una transfusión de sangre.
Iris Fracalossi, de 35 años, vivía en Villa Rosario, situada casi en el límite con Corrientes, donde todo el pueblo se alborotó luego de conocerse la noticia de que la mujer había muerto casi 10 días de lo informado.
Sus íntimos lo habían mantenido en absoluta reserva. Fracalossi había contraído neumonía a principios de julio. Por consejo de un médico de su localidad, fue trasladada a Concordia, donde luego de estar internada 15 días, murió. Testigo de Jehová, se había negado a recibir una transfusión de sangre.