¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

10°
9 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Cruzada de Obama contra las armas de fuego en la sociedad

Martes, 18 de diciembre de 2012 20:25

El presidente de los Estados Unidos Barack Obama se comprometió ayer a encabezar una nueva ofensiva nacional contra las armas de fuego, con algunas prohibiciones, mayores controles legales y un nuevo enfoque de la seguridad personal que exige una profunda transformación de la cultura dominante en EEUU a lo largo de su historia.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El presidente de los Estados Unidos Barack Obama se comprometió ayer a encabezar una nueva ofensiva nacional contra las armas de fuego, con algunas prohibiciones, mayores controles legales y un nuevo enfoque de la seguridad personal que exige una profunda transformación de la cultura dominante en EEUU a lo largo de su historia.

Por primera vez en muchas décadas, la tragedia de Newtown, distinta a otras anteriores en varias circunstancias, crea el espacio adecuado para conformar una mayoría ciudadana a favor de esa cruzada.

No solo numerosos congresistas contrarios a las armas se han puesto ya a preparar la legislación necesaria para limitarlas, algunos de los más leales seguidores de las Asociación Nacional del Rifle (NRA), como el senador Joe Machin, miembro de ese poderoso lobby desde hace años, se sumó ayer a los partidarios de imponer mayores controles. “Es tiempo de dejar atrás la retórica, necesitamos sentarnos y hacer algo”, declaró.

Efectivamente, es un tiempo nuevo. El país vive bajo una conmoción nunca antes vista. Millones de padres que el lunes por la mañana dejaron a sus hijos en el colegio tenían en su memoria aún las espantosas escenas vividas el viernes en la escuela Sandy Hook. Niños, profesores y familias hablan constantemente de eso, de cómo pudo pasar algo tan horrible, de qué hay que hacer para que no vuelva a repetirse.

Obama recogió ese sentimiento popular en un discurso, en la noche del domingo, en Newtown, en el que prometió utilizar “todo el poder” del que dispone en su cargo para cambiar las cosas. Es muy probable que esta sea la gran causa de su segundo mandato y, sin duda, cualquier acción ambiciosa al respecto, sería un gran legado.

“¿Estamos dispuestos a decir que la violencia que ataca a nuestros niños año tras año es solo el precio que pagamos por nuestra libertad?”

“No podemos aceptar sucesos así como una rutina. ¿Estamos dispuestos a asumir que nos sentimos impotentes ante una carnicería de esta naturaleza? ¿Qué la política no nos permite actuar? ¿Estamos dispuestos a decir que la violencia que ataca a nuestros niños año tras año es solo el precio que pagamos por nuestra libertad?”, preguntó el presidente. “Ninguna ley puede eliminar el mal del mundo ni prevenir todo acto de violencia sin sentido en nuestra sociedad. Pero eso no puede ser una excusa para no hacer nada”.

“Tenemos que cambiar”, sentenció Obama. Y para hacerlo va a ser preciso afectar a tejidos muy sensibles de esta nación, a esos en los que se sustenta un concepto de la libertad como patrimonio irrenunciable del individuo y sometido a la amenaza constante del colectivo, la autoridad y el estado. “Si queremos educar y proteger a nuestros hijos, lo vamos a tener que hacer juntos”, sostuvo el presidente.

Esas palabras representan un desafío a la idea de que un niño se forma y solo está seguro en el seno de su familia, lo más lejos posible de los gobernantes.

Nancy Lanza, la madre del autor de la matanza de Newtown, sostenía esa misma idea cuando compró las armas que guardaba para defender a su familia y que, finalmente, sirvieron para acabar con su vida y con las de otras 26 personas.

Temas de la nota

PUBLICIDAD