El maestro Jorge Lhez termina el año al frente de la Orquesta Sinfónica de Salta, un tiempo que consideró “altamente positivo” porque pudo concretar el cien por ciento lo propuesto a comienzos de año, cuando se hizo cargo de la dirección del cuerpo tras la renuncia, de un momento para otro, de Enrique Roel.
inicia sesión o regístrate.
El maestro Jorge Lhez termina el año al frente de la Orquesta Sinfónica de Salta, un tiempo que consideró “altamente positivo” porque pudo concretar el cien por ciento lo propuesto a comienzos de año, cuando se hizo cargo de la dirección del cuerpo tras la renuncia, de un momento para otro, de Enrique Roel.
El jueves último los músicos dirigidos por el maestro cordobés interpretaron un repertorio nuevo, enfocado en autores argentinos y latinoamericanos. Hicieron el estreno mundial y la primera audición de “La norteña”, del salteño Sabino Figueroa, y de “Camino a la peña”, del bonaerense Cristian Axt; también interpretaron obras chilena y uruguaya.
“Lo principal de esto es la apertura de la Orquesta a nuevos repertorios, a nuevos compositores y nuevas estéticas, de modo que el público tenga opciones”, dijo Lhez. Destacó que lo ocurrido el jueves en el Teatro Provincial “fue muy exitoso; se vendieron más entradas que en un concierto regular con obras de repertorio conocidas”.
El programa del jueves se completó con “Suite concertante para piano y orquesta”, del cordobés Gerardo Di Giusto; “Candombe”, del uruguayo Jures Lamarque Pons, y “Santa Cruz de Pacairigua”, de Evencio Castellanos.
El director interino de la Orquesta (a su vez participante del concurso para elegir al nuevo director) destacó que la anterior fue una semana de trabajo muy intenso para poder hacer los estrenos de estas obras, todos materiales nuevos que la orquesta no había visto nunca. “Generalmente, en los programas regulares se incluye una obra nueva o dos, pero muy pocas veces un programa tiene todas obras nuevas, como el que hicimos, con excepción de "Santa Cruz de Pacairigua', que habíamos interpretado una vez”, explicó el director.
Un año intenso
En el balance del año que termina, lo que Lhez considera más importante es que queda “con la conciencia tranquila” por haber podido hacer el cien por ciento de lo que se propuso a comienzos de año. Recalcó que esto fue posible “gracias a la orquesta y a los delegados con los cuales estuvimos trabajando mucho para despejar el camino laboral y poder tener un año ordenado y con objetivos muy concretos. Inclusive se fueron logrando más objetivos que los propuestos al comienzo”.
“También -puntualizó Lhez- es importante haber devuelto un orden institucional, tranquilidad a los músicos en el sentido de saber qué y cuándo tienen que tocar debido a una programación ordenada y respetada”. Se incluyeron presentaciones en los barrios y en las iglesias, conciertos didácticos y en el interior.
“Incorporamos como no se había hecho antes una temporada lírica con tres títulos (zarzuela y tres óperas), más curso de perfeccionamiento a través de distintos maestros que vinieron”, acotó.
Otra de las cosas que Lhez se propuso al comienzo y que “pudimos cumplir acabadamente fue el estreno del 50 por ciento del material, y así lo hicimos”.