Susana Trimarco iniciará hoy el tercer día de declaración testimonial en el juicio a 13 hombres y mujeres acusados del rapto y sometimiento a la prostitución de su hija, María de los Angeles “Marita” Verón, desaparecida desde abril de 2002.
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Susana Trimarco iniciará hoy el tercer día de declaración testimonial en el juicio a 13 hombres y mujeres acusados del rapto y sometimiento a la prostitución de su hija, María de los Angeles “Marita” Verón, desaparecida desde abril de 2002.
Hasta ahora, Trimarco contó que en 2002 concurrió a pedir ayuda a la Casa de Gobierno, donde gobernaba el peronista Julio Miranda, y allí le recomendaron que preguntara en la remisería Cinco Estrellas, propiedad de una de las enjuiciadas, porque “ahí tenían mejores autos y armas que la Policía”. “Como estúpida iba a la Casa de Gobierno. Digo estúpida porque estaba la mafia ahí”, se lamentó.
La remisería pertenecía a María Jesús Rivero, enjuiciada como supuesta autora intelectual del rapto y por entonces esposa del expresidente del Club San Martín de Tucumán, un hombre detenido por robo y con vinculaciones en el justicialismo. “Marita” fue vendida a la mafia de la prostitución por unos 2.500 dólares y le habían puesto de mote “La Doña” y la habían forzado a ser “la esposa del dueño del lugar”, un burdel regenteado por José “Chenga” Gómez.