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El Chacal de Amstetten, una historia que horroriza

Sabado, 25 de febrero de 2012 23:46

El 21 de abril de 2008, una mujer de 42 años, pálida, avejentada y llorosa relataba ante las autoridades policiales austríacas el calvario que le había tocado vivir durante 24 años a manos de su padre Josef Fritzl, de 73.

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El 21 de abril de 2008, una mujer de 42 años, pálida, avejentada y llorosa relataba ante las autoridades policiales austríacas el calvario que le había tocado vivir durante 24 años a manos de su padre Josef Fritzl, de 73.

Los policías no podían salir de su asombro: Elizabeth había sido secuestrada por su progenitor cuando tenía 18 años y confinada en un sótano construido bajo la casa familiar ubicada en un barrio acomodado de Amstetten, Austria.

Quedó embarazada en reiteradas oportunidades producto de las violaciones de su progenitor. Parió siete niños en cautiverio, sin ningún tipo de asistencia, razón por la cual uno de ellos murió a los pocos días de nacer y fue incinerado allí mismo por su padre-abuelo.

Kerstin Friztl

El 19 de abril de 2008, Kerstin Friztl, de 19 años, la primogénita de Elizabeth, fue ingresada de urgencia a la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de Amstetten a causa de una extraña dolencia. Este hecho sería el comienzo de la revelación de una terrible historia de secuestro, violación e incesto forzado que conmocionó al mundo entero.

Las sospechas

El equipo médico comenzó a sospechar que la grave y extraña patología que padecía la joven tenía vinculación con enfermedades derivadas de relaciones incestuosas. Josef Fritzl fue indagado por los médicos y requirieron la presencia de la madre.

Josef Fritzl, al momento de ser detenido era un electricista jubilado, de buen porte, ojos celestes y piel bronceada. “Era un hombre que vestía muy bien, siempre de traje y corbata, y zapatos relucientes. Estaba siempre bronceado y coqueteaba de manera permanente a las mujeres. Viajaba muy seguido a Tailandia... usted ya sabe a qué”, declaró una vecina a la prensa, haciendo referencia al turismo sexual que se practica en ese país asiático con menores de edad.

Sin embargo el calvario de Elizabeth, es indescriptible, la joven vivía en un sótano de 30 metros cuadrados, donde había un baño, una cocina, y dos dormitorios. Tenía sólo 1,70 de alto. Elizabeth convivía con sus hijos de 19 (Kerstin), Stefan de 18 y Félix de 5 años que nunca salieron del encierro hasta el momento en que fueron liberados por la Policía. Los otros tres, de entre 10 y 15 años, Lisa, Mónika y Alejandro fueron criados por Josef y su esposa Rosmarie, quien nunca sospechó nada.

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