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Coqueo, una costumbre que se debate entre la legalidad y la prohibición

Martes, 28 de febrero de 2012 23:54

Coquear, acullicar o pischar fue rechazdo nuevamente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), porque detrás del comercio de la hoja subyace el mercado de cocaína. Sin tardanza, el Gobierno boliviano salió a fustigar la postura del organismo internacional. El cruce de misivas entre ambas partes reavivió la polémica sobre una ancestral costumbre en los países andinos y en el norte argentino.
Hace doce días la Junta de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU (JIFE) criticó la postura de Bolivia de “denunciar la Convención de 1961” que prohibe precisamente el coqueo, y a la vez pedir su reincorporación a esa Convención pero con la salvedad de que se legalice el coqueo.
El gobierno de Evo Morales refutó con “hondo pesar” el contenido “sesgado” y los “juicios inaceptables” de la Junta de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU.
Lo cierto es que el pronunciamiento de la JIFE vuelve a cuestionar un hábito muy difundido entre los pobladores de los países con tradición andina. Provincias como Salta y Jujuy mantienen el coqueo como algo natural de la vida cotidiana.
El Tribuno dialogó con un juez, una legisladora nacional y el representante de una organización que promueve la cultura inca, quienes coincidieron en que en la Argentina no está prohibido el coqueo y destacaron el desconocimiento que hay sobre lo que es la hoja de coca, su valor cultural y lo que es una droga como la cocaína.
La ley nacional 23.737 sancionada en 1989 establece que la hoja destinada para el coqueo, masticación o su empleo como infusión no debe ser considerada como “tenencia o consumo de estupefacientes”. Así, la legislación argentina reconoce una costumbre milenaria del norte.
Se estima que en Salta, el 80 por ciento de la población usa la hoja de coca para coquear o en té.
Por ello, el vicepresidente de la Fundación Ecos de la Patria Grande, Rubén Gallegos, descreyó que el ingreso de hojas en la Argentina esté relacionado con el narcotráfico.
Recordó que la coca fue considerada por los ancestros incas como una planta sagrada y consideró que la ONU no tiene autoridad para establecer una prohibición sobre el uso de la hoja en esta zona del planeta.
“La coca tiene excelentes propiedades genéticas y biológicas. La ONU no tiene en cuenta que es una práctica anterior a la colonización”, explicó Gallegos.
La senadora nacional por Salta, Sonia Escudero, rechazó también el pronunciamiento de la Junta de Estupefacientes y mencionó que una prohibición al coqueo sería “una negación ancestral”.
El juez federal Miguel Medina, puntualizó que la norma actual no prohibe el consumo de hoja de coca para masticación ni su tenencia y aclaró que para que haya una nueva ley, el Congreso debería aprobarla.
 

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Coquear, acullicar o pischar fue rechazdo nuevamente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), porque detrás del comercio de la hoja subyace el mercado de cocaína. Sin tardanza, el Gobierno boliviano salió a fustigar la postura del organismo internacional. El cruce de misivas entre ambas partes reavivió la polémica sobre una ancestral costumbre en los países andinos y en el norte argentino.
Hace doce días la Junta de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU (JIFE) criticó la postura de Bolivia de “denunciar la Convención de 1961” que prohibe precisamente el coqueo, y a la vez pedir su reincorporación a esa Convención pero con la salvedad de que se legalice el coqueo.
El gobierno de Evo Morales refutó con “hondo pesar” el contenido “sesgado” y los “juicios inaceptables” de la Junta de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU.
Lo cierto es que el pronunciamiento de la JIFE vuelve a cuestionar un hábito muy difundido entre los pobladores de los países con tradición andina. Provincias como Salta y Jujuy mantienen el coqueo como algo natural de la vida cotidiana.
El Tribuno dialogó con un juez, una legisladora nacional y el representante de una organización que promueve la cultura inca, quienes coincidieron en que en la Argentina no está prohibido el coqueo y destacaron el desconocimiento que hay sobre lo que es la hoja de coca, su valor cultural y lo que es una droga como la cocaína.
La ley nacional 23.737 sancionada en 1989 establece que la hoja destinada para el coqueo, masticación o su empleo como infusión no debe ser considerada como “tenencia o consumo de estupefacientes”. Así, la legislación argentina reconoce una costumbre milenaria del norte.
Se estima que en Salta, el 80 por ciento de la población usa la hoja de coca para coquear o en té.
Por ello, el vicepresidente de la Fundación Ecos de la Patria Grande, Rubén Gallegos, descreyó que el ingreso de hojas en la Argentina esté relacionado con el narcotráfico.
Recordó que la coca fue considerada por los ancestros incas como una planta sagrada y consideró que la ONU no tiene autoridad para establecer una prohibición sobre el uso de la hoja en esta zona del planeta.
“La coca tiene excelentes propiedades genéticas y biológicas. La ONU no tiene en cuenta que es una práctica anterior a la colonización”, explicó Gallegos.
La senadora nacional por Salta, Sonia Escudero, rechazó también el pronunciamiento de la Junta de Estupefacientes y mencionó que una prohibición al coqueo sería “una negación ancestral”.
El juez federal Miguel Medina, puntualizó que la norma actual no prohibe el consumo de hoja de coca para masticación ni su tenencia y aclaró que para que haya una nueva ley, el Congreso debería aprobarla.
 

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