En un extraño suceso, cuyas causas aún son motivo de investigación, dos personas atacaron ayer a la madrugada la casa del secretario gremial de ATE para el departamento San Martín, Rubén Moreno (42), con bombas molotov.
inicia sesión o regístrate.
En un extraño suceso, cuyas causas aún son motivo de investigación, dos personas atacaron ayer a la madrugada la casa del secretario gremial de ATE para el departamento San Martín, Rubén Moreno (42), con bombas molotov.
El hecho tuvo lugar a las 6, en la intersección de las calles Alem y Zuviría del barrio Pueblo Nuevo. Por este hecho hay dos hombres detenidos y continúan las investigaciones para determinar el móvil del ataque.
El ataque
La agresión, perpetrada con al menos tres artefactos, generó sendos focos de incendio. El primero contra la camioneta Volkswagen Amarok, que quedó reducida a cenizas.
Otra de las cargas explosivas impactó contra la cocina, y dejó daños en un 70% de ese sector del inmueble.
En tanto la tercera, tuvo un objetivo más concreto, ya que estuvo destinada al dormitorio del hombre.
Por fortuna, en ese momento Moreno ya se encontraba levantado, puesto que tenía previsto acudir al paraje Virgen de la Peña.
Ello le permitió sacar a su familia, e intentar apagar las llamas antes de que quedara todo reducido a cenizas.
Las investigaciones
Las primeras averiguaciones determinaron que dos personas llegaron a bordo de una moto hasta el inmueble. Uno de ellos trepó una tapia de poco más de dos metros, para ganar el patio trasero.
Aparentemente se trató de un ataque planificado, ya que el hombre que ingresó lo hizo armado con una cachiporra, que usó para golpear y dejar fuera de combate al perro pitbull de Moreno, y recién cometer el ataque.
Horrible y desesperante
El Tribuno se contactó telefónicamente con el damnificado, quien contó que “para mí esto fue una tentativa de homicidio. Después de esto no tenemos ganas de quedarnos aquí en Pocitos, es horrible y desesperante lo que nos pasó. Vamos a pensar las cosas con mi familia en frío, porque si decidimos hoy tendríamos que poner todo en venta e irnos de aquí”, le dijo a El Tribuno.
Moreno luego recordó que “estaba levantado y logré ver cuando entraba, pero al escuchar que explotaba algo en mi camioneta y se quemaba el dormitorio de mi hijo de siete años, entré por la puerta del frente. Saqué de a uno a mis hijos, fue lo primero que pensé, en salvar nuestras vidas y después llamé a la Policía y a los bomberos. Esto fue una especie de desgracia con suerte”, sostuvo el hombre aún afligido por la difícil situación que le tocó atravesar.
Por otro lado, Moreno sostuvo que “estoy agradecido al intendente Villalba, al jefe de la Unidad de Tartagal, y al ministro Sylvester”. Sin embargo acotó que “quisiera pedirle a la Justicia que no sea tibia. Si no estaba despierto, nos hubieran matado con este ataque. Quisiera pedirle al gobernador que le dé los recursos necesarios a los bomberos de Pocitos, porque fueron los de Aguaray los que intervinieron y tardaron más de una hora en llegar aquí”.
Versiones trascendidas indicaron que una de las personas apresadas sería Alfredo Martelli, un hombre que tuvo problemas en otras ocasiones con Moreno de índole personal, pero que no tendría vinculación con la actividad sindical del damnificado.