El Bayern Munich no tuvo complicaciones para despachar el miércoles de visita 2-0 a un timorato Olympique de Marsella y quedó prácticamente clasificado a las semifinales de la Liga de Campeones.
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El Bayern Munich no tuvo complicaciones para despachar el miércoles de visita 2-0 a un timorato Olympique de Marsella y quedó prácticamente clasificado a las semifinales de la Liga de Campeones.
Mario Gómez y Arjen Robben marcaron los goles del club alemán, cuyo estadio Allianz Arena será la sede de la final del torneo.
Si sortea el compromiso de vuelta la semana próxima, Bayern podría cruzarse en semifinales con el Real Madrid, que el martes derrotó a domicilio 3-0 al APOEL de Chipre.
Gómez, con su undécimo gol de la competición, adelantó a Bayern poco antes del descanso. Gómez se benefició del fallo del arquero brasileño Elinton Andrade, quien dejó que la pelota se le escabullese bajo su cuerpo.
El 2-0 definitivo cayó a los 69 cuando el holandés Robben culminó una pared con Thomas Mueller.
Fuera de forma, además de menguado por lesiones y suspensiones, el Marsella fue abucheado por sus aficionados en el Stade Velodrome.
Marsella si acaso exigió al arquero rival Manuel Neuer. El conjunto francés ha perdido ocho de sus últimos nueve partidos.
Andrade, el tercer arquero de Marsella, debió jugar debido a la ausencia por suspensión del Steve Mandanda y se le vio nervioso en el primer tiempo, complicándose en jugadas de rutina.
Cuando Gómez remató desde el borde del área, la pelota fue directo a Andrade, pero no pudo retenerle y se anidó en el rincón inferior derecho. Este fue apenas el noveno partido de Andrade en los últimos tres años, y seguramente no lo olvidará.
"No tengo nada que reprocharle", dijo el técnico de Marsella Didier Deschamps sobre Andrade.
Con su gol, Gómez quedó segundo en la tabla de cañoneros de esta edición de la Copa de Europa, uno detrás de Lionel Messi de Barcelona.
La afición de Marsella no le tuvo fe a su equipo, abucheando a los jugadores en todo momento. Una pancarta en la tribuna decía: "Esta noche somos como ustedes: buenos para nada".
Carente de ideas, Marsella planteó un juego brusco y sólo tuvo una ocasión de gol en los primeros compases cuando Neuer manoteó un cabezazo de Andre Ayew y Loic Remy remató apenas desviado el rebote.
A 20 minutos del final, Deschamps mandó al delantero brasileño Brandao para acompañar a Remy, pero sin efecto alguno.
Un Robben en estado puro enloqueció a la defensa rival y su premio fue anotar el gol que sentenció el trámite.